EL GPS EQUIVOCADO

Aveces los adelantos tecnológicos pegan un resbalón y la lían. Es lo que ha pasado con el GPS situado en un automóvil que tomó el camino equivocado y llevó al conductor, de nacionalidad extranjera, a deslizarse por las escaleras del Arco de la Sangre en el corazón toledano. Quizás los calores de la noche influyeron en el aparato de marras para buscar la senda del emblemático lugar, posibiltando un susto impactante para las personas situadas tras el volante y para todos los toledanos que se encontraban en las cercanías de la Plaza de Zocodover. Un poco más acelerado y el vehículo se estrella contra la estatua en bronde de don Miguel de Cervantes, mutilando otra vez al afamado escritor que no se mete con nadie y que sostiene su limpia mirada sobre la calle que lleva el nombre del autor de Don Quijote de la Mancha.

También el conductor debería ir pensando en las musarañas o un poco adormecido porque los faros del coche desplegaban su luminosidad habitual y advertían de la ruta desafortunada. En fin, una anécdota más para los dimes y diretes de la ciudad, y varias instantáneas gráficas hábilmente captadas que han ocupado espacio en los medios. A partir de ahora, habrá que ir con cuidado en el momento de visualizar una ruta que el GPS va marcando para llevarnos al destino final. Cosas que pasan.