ENTREVISTAMarcelina NavamuelDirectora del Centro de Mayores II de Toledo
«Nuestra prioridad es el socio, su autonomía, educación e integración»
El Centro de Mayores II de Toledo, situado en la céntrica Avenida de Barber, en pleno pulmón del barrio de Palomarejos, ha celebrado su Semana Cultual con un gran nivel de participación y una alta variedad de actividades, como excursiones a Madrid para ver el Circo del Sol, exposiciones y trabajos manuales, bailes, y rondallas, bordados y bolillos o la lectura del Quijote por celebrarse este año el cuarto centenario de su edición.
El Centro de Mayores II está dirigido por Marcelina Navamuel Pulgar, «Marce». También existe la figura de un presidente del Consejo de Mayores, que desempeña el conocido exconcejal José Luis Cánovas Villasante. Auxiliados por Lola, son los tres pilares fundamentales en los que se apoya el Hogar para atender una demanda de varios cientos de personas que pasan y disfrutan todos los días del Centro. Son 4.200 personas asociadas, el centro que más personas mayores acoge de estas características en la región.
—¿Desde cuándo data el centro de Mayores?
— Se abrió a finales de 1992, cuando las competencias en materia social aún las ostentaba el Gobierno de la nación. Después, en la fecha aludida y gobernando José Bono en la región, se recibieron las competencias. Entonces aún funcionaba el Inserso, y la ministra del ramo era Matilde Fernández.
—En la parcela donde está ubicado el Hogar, ¿existe alguna sección más de mayores?
— Sí. Tenemos la residencia como tal, muy solicitada y extraordinaria por su ubicación, donde residen 113 personas. Pero también hay un centro de día en el que ahora hay 9 personas.
—¿Qué objetivos persigue el centro?
— En primer lugar, promocionar la autonomía personal y el envejecimiento activo. En segundo lugar, la participación e integración del mayor en la comunidad. La educación, formación y el acceso a las tecnologías y por último, un ocio recreativo. Creemos que son cuatro objetivos fundamentales a desarrollar y lograr en la vida de estas personas.
—¿Qué hay que hacer para ser socio?
— Tener voluntad y decisión de inscribirse, además de tener más de 60 años y residir en un municipio de Castilla la Mancha. Aquí no se paga cuota por utilizar los servicios básicos del Centro. Otra cosa es que uno quiera realizar alguna actividad reglada, como pilates o gimnasia de mantenimiento, excursiones, etc. Hasta la llegada de la crisis, todo o casi todo era gratis, y ahora hay que pagar ciertas cosas.
—¿Qué servicios se ofrecen?
— Información, atención social, cafetería y comedor por módicos precios, peluquería, podología, ciber aula, biblioteca y prensa diaria. Ordinariamente está abierto desde las 10 de la mañana hasta las 20 horas de lunes a viernes. Los sábados de 10 a 18,45 y los domingos y festivos se abre, de 10 a 14 horas, el servicio de comedor. Entre las actividades de atención social cabe citar las destinadas a cultivar la memoria.
—¿Con qué personal cuentan para atender todas las demandas?
— Tenemos cinco personas en la administración, otras cinco en el servicio de limpieza, seis en el comedor y cafetería, tres en peluquería, tres en podología, siete en animación socio- cultual, dos colaboradoras con la Caixa y más de cincuenta voluntarios en todas las facetas que lo hacen puntualmente. Habitualmente nos relacionamos con otros centros homogéneos, pero de manera puntual y ocasional. Le adelanto que aquí quien tiene la prioridad es el socio.
—¿Puede decirse que la crisis se ha notado en cuanto a la participación en ciertas actividades?
— Hasta la llegada de la crisis se realizaban muchas excursiones, se disponía de más recursos y se notaba. Ahora hay menos viajes y excursiones, ya que como queda dicho, se pagan, sin embargo, en algunas actividades, a pesar de ser de pago, hemos crecido. Pilates, rondalla, bolillos son algunas en donde el crecimiento ha sido evidente.
—¿El centro tiene alguna publicación propia para publicitar lo que se hace en él?
— Disponemos de una revista trimestral, «Voces amigas», que antes se imprimía en papel. Ahora solo unos pocos ejemplares y la mayoría en internet para abaratar costes. Al frente de la misma hay un grupo de personas muy expertas, entre ellas Sagrario López Lomgobardo y su esposo, Fermín Jiménez.