LAS CUENTAS DE LA JUNTA

Los socialistas aseguran que deben ser los técnicos funcionariales los que tienen que dar el visto bueno a los balances

El Gobierno entrante de Emiliano García-Page no se fía del estado de las cuentas de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha que le entrega el gobierno saliente de María Dolores de Cospedal. Lo que motiva que el exconsejero de Hacienda del PP, Arturo Romaní, deposite ante notario el documento con el que quiere avalar el estado de las cuentas regionales. A pesar de ello, los socialistas aseguran que deben ser los técnicos funcionariales los que investiguen estos balances, ya que el notario dará fe de los números que le presentan pero no puede conocer si se corresponden con la realidad.

Y empieza un tira y afloja que llevará su tiempo porque el nuevo presidente Emiliano García-Page tan solo confía en los funcionarios de la Intervención para saber del estado real de las cuentas. «Ni notarios ni leches», afirma, lo importante es lo que dicen los técnicos cuando hayan estudiado a fondo los balances, al no poder disponer de la Sindicatura de Cuentas que en su momento fue suprimida por el anterior gobierno popular. Por lo tanto habrá que armarse de paciencia para llevar a efecto este traslado contable que nace con polémica.

A pesar de los rumores, que existieron, María Dolores de Cospedal no solo no pierde fuelle dentro del PP, sino que coge fuerza y vuelve a tomar protagonismo principal en su cargo como secretaria nacional de las siglas. Mariano Rajoy sigue confiando en ella, entiende que destacó como presidenta de Castilla-La Mancha y que en las pasadas elecciones autonómicas fue la lista más votada, aunque los pactos entre partidos la impidieron renovarse en el puesto.

En la Conferencia Política del PP llevada a cabo en estos días vuelve a representar ante la militancia, fue aplaudida con fuerza en sus intervenciones y demostró que todavía guarda la energía necesaria, y lo que te rondaré morena, para protagonizar aptitudes de sabiduría en la hora y momento de apuntalar las estructuras del partido para lograr una imagen pública moderna y renovadora. Posiblemente pueden cambiar algunas caras en la cúpula del Partido Popular, pero desde luego el rostro de Cospedal se mantendrá en primera línea dada su valía para convencer y estimular todas los proposiciones positivas de la ideología. No solo se mantiene, sino que sube que es lo importante.