Denuncian «colapso» en el hospital de Toledo a causa del «Mambrino»

El sindicato CSI-F denunció ayer el «colapso generalizado» que se vive en el hospital Virgen de la Salud de Toledo como consecuencia de la «deficiente y precipitada gestión» de la directora del Complejo Hospitalario en relación a la puesta en marcha del programa de información y gestión clínica «Mambrino XXI».

En nota de prensa, CSIF asegura que «los trabajadores del centro sanitario piden a voces, y entre la desesperación y la impotencia, que alguien ponga orden entre tanto desconcierto y así poder garantizar de forma segura la asistencia sanitaria, principal preocupación entre los profesionales del hospital Virgen de la Salud de Toledo».

Cuenta el sindicato que numerosos jefes de Servicio están enviando escritos a la directora gerente del Complejo «poniendo de manifiesto las múltiples deficiencias observadas con el nuevo programa y solicitan continuamente que se haga algo para solucionar los múltiples problemas que están padeciendo y que están dificultando gravemente la actividad clínica diaria. La situación es de tal gravedad que han llegado a valorar la situación como de ‘crisis sanitaria’».

Como ya denunció hace 15 días CSI-F, «la precipitación y el empecinamiento de la directora gerente, Cristina Granados Ulecia, para poner en marcha el Mambrino XXI ha puesto en peligro, presuntamente, la seguridad de los pacientes y ha hecho que se colapse el normal funcionamiento del Hospital Virgen de la Salud de Toledo». El sindicato denunció el pasado 11 de junio a la directora gerente y las autoridades sanitarias de Castilla-La Mancha que «retrasasen la puesta en marcha de este sistema, que se inició el día 14 de junio, para poder formar mejor al personal sanitario y corregir las deficiencias y necesidades observadas en el programa y así ponerlo en marcha de una forma más segura para los pacientes y menos traumática para los trabajadores».

Aseguran que «el caos es de tal envergadura que los trabajadores se están planteando acudir al juzgado de guardia. Los trabajadores afectados, fundamentalmente médicos, enfermeros y auxiliares administrativos, han manifestado su más absoluto rechazo a la imposición de este sistema y «es un secreto a voces que demandan un Comité de Crisis que haga frente al desconcierto y caos generalizado».