La tirolina, el Toletum, la EMSV, el Tajo, Vega Baja... trabajo no falta
Además del turismo, el sector industrial o los servicios públicos, Toledo tiene muchos temas que cada poco saltan al «prime time» de la actualidad. Uno del que se ha escrito poesía es la instalación de una tirolina en el puente de San Martín, algo que no gusta a buena parte de los vecinos, entre ellos la alcaldesa, Milagros Tolón, que así lo manifestó durante la campaña electoral. Sin embargo, el anterior Gobierno municipal siguió adelante con el procedimiento y concedió licencia a la empresa para su explotación. Tolón aseguró ayer haber pedido el expediente por si fuera posible cambiar su ubicación.
El río Tajo es como aquella pregunta de Vargas Llosa: «¿En qué momento se jodió el Perú?» La respuesta es difícil, pero todo el mundo coincide en que el aspecto del río a su paso por Toledo es deplorable. El pacto habla de «reivindicar un caudal circulante que le permita alcanzar un buen estado ecológico».
El Toletum es un magno edificio situado en el Salto del Caballo. Fue proyectado como un centro de recepción de turistas y ahora nadie, ninguna empresa, quiere alojarse en él. El Ayuntamiento lleva años intentando darle una salida, pero sin sacar nada positivo. Ampliar sus posibilidades de uso puede ser una solución.
Con la Empresa Municipal de Suelo y Vivienda ambos, PSOE y Ganemos, están de acuerdo en sacarla el máximo rendimiento. El problema viene por su situación económica y la ley estatal que prohíbe mantener empresas públicas que no den beneficios.
En cuanto a Vega Baja, se ha pasado de querer convertir el yacimiento arqueológico «en un pulmón verde para la ciudad» a su «desarrollo real y efectivo». Si se actúa en él, cantamos línea... y si le sumamos la llegada del Corte Inglés y la planta embotelladora de Coca-Cola, ¡bingo!
