La plaza de toros de Talavera desmiente que el novillo se escapara al desencajonarlo
La dirección de la plaza de toros «La Caprichosa» de Talavera de la Reina negó, en la medianoche de ayer, que el novillo que el viernes se escapó del coso y sembró el pánico por las calles de la ciudad durante media hora, causando once heridos hasta que murió atropellado por un coche de un agente de movilidad, lo hiciera en el momento de su desencajonamiento. Esa fue la versión que ayer publicaron ABC y otros muchos medios de comunicación tras la explicación que una fuente oficial, el concejal de Protección Ciudadana Gerardo Pérez de Vargas, contó a las agencias.
«Es falso que se estuviese desembarcando la novillada como he leído, se hizo ayer (por el jueves) como se puede ver en las publicaciones realizadas en RRSS (redes sociales)» publicó en Facebook Arena Proyectos C. B. (empresa gestora de «La Caprichosa» formada por Gestión de Festejos Populares S.L., de la familia Zorita; y por Evaristo Olcina Tejedor, uno de los propietarios de la plaza).
Y, efectivamente, en la misma página de Facebook se puede ver cómo a las 11.40 horas del viernes, es decir, una hora y media antes de que el novillo se escapara, la empresa publicó fotos de los animales preparados para el concurso de recortadores en los corrales de la plaza. Además, en algunos comentarios en esa misma página se apoya la versión de la empresa. Por ejemplo, Luis Antonio López Mesonero dice: «Tengo fotos de los novillos en los corrales a las 11.30, para los que dicen que se les escaparon cuando los estaban bajando, son ganas de hablar por hablar».
En cualquier caso, lo que aún sigue siendo un misterio es cómo el novillo se escapó de los corrales y salió a la calle. Ayer ABC contactó con José Luis Muelas, concejal de Festejos, para tratar de arrojar luz al asunto y el edil se remitió a la investigación que la Policía Nacional lleva a cabo desde que se produjo el suceso.
A partir de aquí, interrogantes y certezas. En cuanto a estas últimas, resulta claro que el animal no pisó el ruedo de «La Caprichosa», ya que en ese momento el torero talaverano Sergio Blasco daba clases de salón a un centenar de niños. «Por alguna circunstancia, se han abierto las puertas de los toriles y un toro del espectáculo de recortes se escapó. En vez de irse a la plaza por el callejón, se fue a la puerta de cuadrillas y salió directamente a la calle», relató el propio Blasco a «La Tribuna de Toledo».
Los interrogantes son: ¿quién o quiénes y por qué se abrieron las puertas de los toriles? ¿Fue un error humano o algo intencionado? Pues eso es lo que ahora trata de saber la Policía Nacional.
Evolución de los heridos
De los once heridos que causó el novillo, solo dos siguen ingresados. Siete fueron dados de alta el viernes y otros dos, ayer. Estos últimos son una mujer de 63 años, que sufrió un traumatismo craneoencefálico, y un varón de 70 años con politraumatismos.
Siguen ingresados el joven de 30 años que sufrió una cornada en el muslo izquierdo y el niño de nueve años con fractura maxilofacial después de ser «pisado» por el animal. El concejal Muelas aseguró ayer a este periódico que el joven, amigo de algunos de los recortadores que participaron en el concurso, fue alcanzado por el novillo en el patio de cuadrillas. A petición de la madre del paciente, ayer fue trasladado al hospital de Medina del Campo, en Valladolid. Su vida no corre peligro y «está perfectamente», según el alcalde de Talavera, Jaime Ramos.
En cuanto al niño, se le ingresó el viernes en la UVI del hospital 12 de Octubre de Madrid porque «allí están los mejores especialistas en maxilofacial», según el alcalde. El viernes fue sometido a una primera operación y ayer a otra, aunque «está fuera de peligro».
Sobre las críticas por la forma de matar al novillo (atropellado por un coche), Ramos dijo que el agente de movilidad «hizo lo que tenía que hacer», ya que había que evitar «el máximo daño a las personas», porque era «una cosa tremenda y se solucionó en muy poco tiempo». Sobre posibles responsabilidades por lo ocurrido, el alcalde cree que es el juez «quien las tiene que marcar».
