ALFILERITOS

BAJO LOS TOLDOS DEL CORPUS

JOSÉ PONOS

Un año más y fieles a una tradición de siglos, los toldos que cubren el desfile procesional de La Custodia de Arfe, Corpus de Toledo, hacen acto de presencia en el casco histórico. En este verano adelantado se agradece la sombra que ofrecen al viandante, y los turistas disparan sus cámaras fotográficas y teléfonos móviles para guardar ese techo improvisado que les llama la atención de forma sorprendente.

El próximo 4 de junio, «ese día que reluce más que el sol», ya conoceremos quien será el nuevo alcalde de la capital regional, ella o él, aunque todavía no podrá ocupar el lugar institucional que le corresponde en la efeméride; y también sabremos si María Dolores de Cospedal continúa como presidenta de la Junta de Comunidades o Emiliano García-Page ha sido capaz de aposentarse en el Palacio de Fuensalida, algo que decidirán las urnas el 24 de mayo.

Toledo, pues, se prepara para su festividad principal y poco a poco se adornan calles con reposteros, tapices, guirnaldas y enseñas florales que se sitúan sobre la piedra histórica y monumental. Para el Corpus la ciudad rebosará de visitantes y los toledanos no se perderán la ocasión de asistir una vez más al cortejo de Capítulos y Cofradías que, embutidos en ropajes solemnes, se pasearán por el itinerario establecido para continuar escenificando un testimonio que se mantiene inalterable a través de los tiempos, para mayor gloria de una ciudad que es Patrimonio de la Humanidad.

El Corpus toledano es diferente y único, quizás por el recorrido procesional que comunica historia y procesión, y por esa joya eucarística que significa la Custodia, que presenta en su conjunto el aspecto de una torre gótica, cuajada de agujas, pináculos y pequeñas estatuillas bajo doseletes, en la que se invirtieron 10 kilos de oro y 183 de plata. Mide dos metros y medio de altura y está compuesta por 5.000 piezas y 12.500 tornillos, asentándose sobre una base de doce frentes, donde resaltan los escudos tallados de los cardenales Cisneros y Quiroga, junto a los de otros ilustres arzobispos. La Custodia de Arfe costó en el año 1523, quince millones de maravedíes tardándose siete años en culminarla. Así pues, con la presencia de los toldos ya se empieza a respirar el ambiente de un acontecimiento muy diferete a otras fechas festivas.

BAJO LOS TOLDOS DEL CORPUS

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