El arzobispo de Mérida se inhibe en la polémica de Guadalupe

El arzobispo de Mérida-Badajoz, Santiago García Aracil, eludió ayer opinar sobre las declaraciones del arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez, que calificó de «un poco nacionalista» la petición de que el Monasterio de Guadalupe (Cáceres) se integre eclesiásticamente en una de las diócesis extremeñas. A una pregunta, García Aracil se limitó a responder que «el arzobispo no me pidió permiso para hacer sus manifestaciones y, por tanto, no conozco más que lo que se dice que dijo, pero para hacer un juicio hay que ir a lo original». En cuanto a la manifestación del pasado sábado en Toledo, dijo que «yo soy arzobispo de aquí, yo no puedo responder de lo que ocurrió en Toledo el pasado día 7 de marzo».