SONDEOS ENCUESTADORES

Algunas encuestas electorales pronostican mayoría absoluta para el PP en Castilla-La Mancha, con descenso del PSOE y contando con la presencia de Podemos en el Palacio de San Gil, que en esta modalidad, aunque no así en las municipales, concurrirá con sus siglas.

Pero el candidato a la Junta de Comunidades, Emiliano García-Page, no da importancia a estos oráculos, y va a lo suyo cuando afirma: «Haré más cosas como presidente de Castilla-La Mancha que como alcalde de Toledo», en una estrategia de convencerse de que la victoria será suya, a pesar de los pesares.

Las encuestas electorales son tan solo unos pronósticos de intención de voto, y en muchas ocasiones se equivocan, aunque nunca los autores de los tropiezos piden excusas por su descalabro. Las únicas encuestas cargadas de veracidad son las que nacen de la suma de los votos de los colegios electorales y, hasta que esto no ocurra, para unos las adivinanzas no demuestran nada y, para otros, anticipan la realidad de lo que ocurrirá más tarde.

Sea como sea, los políticos que se la juegan en las próximas elecciones municipales y autonómicas van a lo suyo con la mayor ilusión, animan a simpatizantes con propuestas varias y no hacen ni caso si una encuesta no le es favorable. Por ello continúan con sus promesas en clave de victoria, señalando que, como es natural, transformará la ciudad o el ente autonómico en algo diferente a lo actual. No puede existir la menor señal de decepción, porque entonces no serían políticos convencidos de que con ellos está la verdad y que se encuentran legitimados para el cargo que ambicionan.

Las encuestas son sondeos que pretenden averiguar el futuro y, como tales, a veces se equivocan y otras aciertan. También significan un negocio, pues ninguna encuestadora trabaja gratis, y a veces les conviene ser fieles al ideario de quienes les encargan la búsqueda del voto para no desanimar al paganini del momento.

Así pues, mientras las urnas no transformen el pronóstico en realidad, todo está en el alero. Por ello, los partidos no hacen mucho caso a lo que les desfavorece y continúan a lo suyo, que es lo que importa. La ilusión es lo último que se pierde. Así que a trabajar por lograr los objetivos propuestos, a pesar de las encuestas.