ENTREVISTA
Mateo: «No tendría problemas en no encabezar la lista de Ganemos y tampoco en hacerlo»
IU irá a las elecciones en coalición, aunque el acuerdo todavía está en construcción. Mateo dice que van «a por todas»
Javier Mateo (Valencia, 1968) vive en Toledo desde 1973, primero en Los Bloques y después en el Casco Histórico. En su curriculum se leen seis meses de voluntario en Bosnia-Herzegovina durante 1994 cuando los Balcanes se desangraban. Tiene estudios en Geografía e Historia y durante 12 años trabajó en los servicios sociales del Ayuntamiento de Consuegra. Desde 2008 es técnico en IU y hace unas semanas fue elegido candidato a la Alcaldía. Sin embargo el proceso de coalición, aún en construcción, con otras fuerzas de izquierda mantiene en suspenso su primer lugar en la lista. Mateo asegura que estará «donde me coloquen».
—¿Por qué prefiere IU ir en coalición a las elecciones?
—Izquierda Unida no ahora, sino desde siempre ha intentado ir con más gente a las elecciones. Tenemos claro que se abre un panorama nuevo en el que el peso de PP y PSOE va claramente a menos y es momento de construir una alternativa que les pueda hablar de tú a tú. Nosotros tenemos una máxima muy clara: la suma multiplica. Entendemos que tenemos más fuerza con más gente que yendo solos.
—Tal y como la conocemos, ¿IU está condenada a la desaparición??
—Creo que no de partida porque tiene una base y una militancia muy comprometida. Ahora es verdad que IU necesita reiventarse y estamos en ello.
—¿Comparte ese relato de crisis de buenos y malos de algunos con los que ahora se presupone que IU va a ir en coalición? ¿Hay casta en IU?
—No es un problema de buenos y malos, es un problema de ricos y pobres. No hace falta irse muy lejos, en el mismo Toledo los ricos cada vez son más ricos y los pobres, más pobres. Además, lo que nosotros hemos llamado la mafia local se preocupa muy en serio de hacer negocio con lo público. No estamos dispuestos a que se comercie con los derechos sanitarios, educativos o sociales de los ciudadanos.
Respecto a la pregunta de la casta, mire: yo soy de Toledo y vengo aquí a currar. Si la pregunta es si hay gente que se aprovecha de su cargo para quedarse toda la vida, pues claro que la hay, como en todos lados. Pero aquí la clave no es que haya garbanzos negros, sino cómo reacciona el colectivo cuando los encuentra.
—Este año hay elecciones en tres niveles. Parece que en las locales y regionales la fórmula de IU es ir en coalición, mientras que en las generales irán solos. ¿Cómo se explica esto a la ciudadanía?
—Creo que está hablando de un futuro todavía no escrito. IU va a hacer todo lo posible por ir en Toledo con una candidatura de unidad popular, lo mismo en Castilla-La Mancha y creo que en las generales vamos a buscar una fórmula parecida. Sería un gran acierto estratégico y político que en elecciones generales IU no fuera sola. Creo que este esfuerzo que estamos llevando a cabo en Toledo de sumar fuerzas en todos los barrios, desde Santa Teresa al Polígono o desde Azucaica a Santa Bárbara, puede ser también un buen banco de pruebas.
—Primarias. Las hicieron en IU y ahora la idea es hacerlas también en la coalición, ¿no se corre el peligro de mirarse demasiado el ombligo y olvidarse de la gente?
—Hombre, creo que las primarias, tal y como las plantea IU, es todo lo contrario. Es no mirarse el ombligo; no esperar, como pasa en el PP, a que te llamen y te señalen como candidato, o, como hace el PSOE, de intentar cerrarlo todo a sus militantes. IU puso en marcha un proceso en el que votaban militantes y todos los simpatizantes que quisieran. Las primarias abiertas son abrir las puertas y las ventanas de la sede y, mientras se airea, salir nosotros fuera y estar en la calle con la gente. Además, es muy sano porque evita egos, rompe personalismos y da voz a mucha gente.
—Ganó las primarias de IU y ahora resulta que toca volver a empezar. ¿Sería una decepción no ser finalmente candidato a la Alcaldía?
—Creo que debemos ser respetuosos con los tiempos y la forma de elección de candidatos en Ganemos. Ahora estamos en eso. En preparar el reglamento de primarias, en cómo se va a hacer... Yo estaré donde me coloquen porque aquí la clave es el proceso. Y le digo una cosa: si Ganemos Toledo sale adelante como un proyecto serio, como una alternativa real de gente solvente capaz de gobernar, no tendría ningún problema en no encabezar la lista. Tampoco tendría problema en hacerlo.
—En ese proceso todavía no hay fechas, pero ¿hay programa?
—El programa está en construcción y se está haciendo de forma muy interesante, por equipos.
—¿Qué líneas básicas va a tener?
—Me remito a un manifiesto que tenemos aprobado en Ganemos. Son tres ejes. Uno, la ética, la transparencia y el Gobierno desde la honradez. Hasta el punto de tener un revocatorio de Ganemos contra el cargo público si no cumple. Una cosa es tener una página web y otra ser transparentes. Dos, los servicios públicos. Pondremos un gran empeño en revisar todos los contratos que tiene el Ayuntamiento y haremos todo lo posible por recuperar esos servicios públicos. Y tres, el empleo. Estamos en una situación complicada, hay una política de acoso a los ayuntamientos, pero aún así, con imaginación y con ganas, hay posibilidades que son más cuestión de voluntad política que de otra cosa. Le pongo un ejemplo: el año pasado en los Presupuestos había una propuesta de IU con un millón de euros para empleo y no es una competencia municipal.
—Esta legislatura, ¿qué se ha hecho bien y qué mal?
—Es la legislatura de las oportunidades perdidas. Hemos perdido la oportunidad de gestionar el transporte público en Toledo y, lo que es más grave, de rediseñar las líneas. De apostar por las personas que peor lo están pasando. De tener un servicio y abastecimiento de aguas serio, que cumpla, y lo que se ha hecho ha sido perdonar 70 millones de euros a Tagus. De generar más ingresos al Ayuntamiento y aquí hablo de la ORA y de las multas. A la participación ciudadana el concejal Antonio Guijarro le ha dado la puntilla final; son las Juntas de Distrito más inútiles de los últimos 20 años. Hemos puesto decenas de propuestas para la única empresa pública de la ciudad y el alcalde no solo no las ha llevado a cabo, sino que ha hecho todo lo posible para quitarle sentido a la Empresa de la Vivienda.