EL EMÉRITO DOCTOR DOBLAS

Hace aproximadamente un año, cuando alcanzó la edad de jubilación el doctor Manel Doblas teniendo que abandonar su destacada labor profesional, comenté aquí mismo que el Sescam debería nombrar médico emérito al prestigioso experto en cirugía vascular para poder continuar con una de las mentes más brillantes en la especialidad, dado que el protagonista así lo deseaba.

Como las cosas de palacio van despacio, transcurrido este espacio de tiempo desde su jubilación, el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha designa como médico emérito al doctor Doblas, que podrá así ejercer su magisterio en el hospital Virgen de la Salud de Toledo, en donde con anterioridad ocupaba la Jefatura del Servicio de Cirugía Vascular, realizando en esta actividad una modalidad técnica que permitía llevar a cabo operciones sin necesidad de ingresos prolongados en los hospitales. Vamos, un «manitas» de la cirugía mayor ambulatoria, reconocida a nivel internacional por el ejercicio sobresaliente de su dedicación a la cirugía vascular.

Manolo Doblas se encuentra ahora satisfecho por esta decisión de las autoridades sanitarias de nuestra región, que le permitirán seguir en contacto con el hospital de referencia donde ha dirigido sus tesis doctorales y dejando ejemplo de dedicación admirada por todos sus compañeros en la especialidad tanto de fuera como dentro de España. En los tiempos que corren, y cuando los talentos escasean, no se puede permitir la ausencia de un profesional médico de tal altura, que desea expresamente continuar con sus actividades y que dispone de una actitud física e intelectual para seguir ejerciendo cátedra facultativa mientras que se encuentre en «perfecto estado de revista». Desde aquí nuestra felicitación al doctor Doblas por este reconocimiento y el aplauso para el consejero José Ignacio Echániz por validar los méritos de un cirujano que deja huella. Todos, pues, contentos.

Y mira por dónde, Castilla-La Mancha se encuentra a la cabeza de donantes de médula ósea en España, que significa todo un gesto de solidaridad tal y como ha sido reconocido el año pasado por la Asociación Nacional de Trasplantes al entregar al Sescam uno de sus galardones más apreciados. De nuevo, felicitaciones por esta fraternidad solidaria que nos enorgulloce.