ALFILERITOS
DE OBLIGADO CUMPLIMIENTO
En Castilla-La Mancha se obedece a rajatabla lo que interpreta el TC, y en Cataluña se mira para otro lado
El Tribunal Constitucional avala el recorte de diputados en las Cortes de Castilla-La Mancha, según propuesta del Gobierno regional de María Dolores de Cospedal, al considerar que la reforma «no vulnera ni el pluralismo político ni la proporcionalidad». Y el PSOE de Emiliano García-Page tiene que acatar la sentencia que desestima el recurso de inconstitucionalidad presentado por el Grupo Parlamentario Socialista en el Senado. Con malas caras, pero respetando las normas de conducta política que obligan a estar a las duras y las maduras cuando un tribunal se pronuncia. Se acepta lo dictaminado y a callar respetando al alto estamento jurídico.
Sin embargo, retrocediendo al 9-N en la autonomía catalana se advierte con facilidad que el Gobierno de aquella región española no hace caso a otro dictamen de Tribunal Constitucional que declaraba ilegal la consulta separatista que se llevó a cabo en la fecha indicada, sin que hasta el momento se conozca cuál es el castigo para los que se tomaron en broma esta sentencia también de obligado cumplimiento.
Por un territorio español, Castilla-La Mancha, se obedece a rajatabla lo que interpreta el TC y por otro espacio del mismo mapa nacional se mira para otro lado y no se toma en consideración lo que redacta el alto tribunal sin que paguen por esta desobediencia que se amplía con ecos internacionales. Luego, ¿es verdad aquello de que todos somos iguales ante la ley? ¿Por qué lo que obliga en una región no se respeta en otra? ¿Tiene bula la autonomía catalana para desobedecer las sentencias del TC?
Ahí queda el interrogante para que los poderes superiores puedan estudiarlo en profundidad, explicando más tarde y lo más rápido posible las consecuencias derivadas de su interpretación legislativa que abrirá los ojos a los más ignorantes en estas cuestiones. Mientras nos llega la respuesta ya sabemos que por estos lares respetamos la legalidad aunque a los socialistas les perturbe; ahora hace falta conocer si por Cataluña existe otra vara de medir. Quedamos a la espera.