Miles de turistas recorren Toledo en los últimos días del Año Greco

Ríos y ríos de gente discurrían este domingo por las calles de Toledo admirando los rincones, los monumentos, las vistas de una ciudad en estado de gracia que vive los últimos días del Año Greco . El gran evento, unido al puente festivo de la Constitución-Inmaculada, ha provocado una auténtica avalancha de visitantes que hacía difícil transitar por la vía pública en el Casco histórico de Toledo.

Expresiones como «¿quién va a poder dar de comer a tanta gente?» podían oírse entre los grupos de gente que esperaba a entrar a un bar o restaurante donde hacer un alto en el camino y reparar con algo de alimento el cansancio de la jornada. En la zona de la catedral, una larguísima cola que bajaba por la calle Cardenal Cisneros y se perdía hacia Sixto Ramón Parro esperaba pacientemente a entrar en el templo primado, pese a la baja temperatura que registró un día soleado y sin una nube en el cielo. Dentro esperaba, en la Sacristía, uno de los cuadros más famosos del cretense, «El Expolio», que han visitado miles y miles de personas durante el Año Greco.

En la calle Cervantes, más gente se apostaba a la entrada del Museo de Santa Cruz, donde la exposición «El Greco:arte y oficio» (que en alguna reciente jornada colgó el cartel de no hay billetes) se prepara ya para cerrar sus puertas. Lo hará mañana martes, 9 de diciembre, con lo que las grandes muestras pictóricas que han jalonado el IV Centenario de la muerte de El Greco dirán adiós de forma definitiva. Junto a la pintura, la Fundación El Greco ha programado para estos días tres conciertos con los que se cierra el programa Música del Centenario. Tras el éxito del de Nereydas y Filippo Mineccia y el de ayer, a cargo de Zarabanda, creada por Álvaro Marías en 1985, San Pedro Mártir también será este lunes escenario de concierto a cargo de la «La Grande Chapelle», dirigida por Albert Recasens. En la memoria colectiva siempre quedarán los tres Réquiem que resonaron en la catedral.