Urabayen, regalo navideño
El 4 de diciembre, jueves, en la Biblioteca Regional de Castilla-la Mancha, a las 7 de la tarde, se presentarán dos obras de Félix Urabayen, cuya reedición ha patrocinado la Diputación Provincial. Probablemente el comienzo de este artículo les sonará a anuncio. Tienen razón, lo es. Es el anuncio de un acontecimiento que, a mí al menos, me parece emocionante. Uno de esos momentos luminosos en su pequeñez en los que la Historia, la Justicia colectiva y la Inteligencia humana se alían para provocar un punto final en un pasado histórico, cuando menos, trágico.
Para quienes desconozcan de qué va, deben saber que Félix Urabayen escribió varias novelas y artículos de buena, muy buena, factura sobre el Toledo de los años veinte y treinta. Su última novela aparecía el 18 de julio de 1936, cruda coincidencia para un republicano de convicción. Desde entonces, las novelas y textos del escritor no se habían vuelto a publicar. Se produjeron varios intentos, pero terminaron en nada. Ha sido como si una maldición ágrafa hubiera perseguido al autor y su obra.Ahora parece que las cosas se han enderezado. Tras más de 75 años se presentan dos obras del autor: «Toledo, la despojada» y «Estampas del camino». La ambición de futuro contempla la edición completa del resto de sus obras de temática toledana.
Es muy probable que al lector que nada sepa de Félix Urabayen le sorprenda mi entusiasmo inicial. Lo comprenderán sí asisten a la presentación del jueves y, sobre todo, si empiezan a leer sus novelas o sus folletones, publicados en el diario madrileño «El Sol» en el tiempo anterior a la Guerra Civil. Para los toledanos de origen –cada vez menos– y para los de adopción –los más– el libro que ahora promueve la Diputación de Toledo podría ser el perfecto regalo de Navidad . El mejor regalo que pueden hacer a sus familiares, a sus amigos, a quienes aman la ciudad, incluso, a sí mismos.
El libro les descubrirá la visión de un escritor que radiografió, mejor que Galdós o Blasco Ibáñez, la ciudad en su época, su historia y su patrimonio. Por sus novelas conocerán a la gente de aquellos tiempos, sus problemas, cómo entendían Toledo y cómo querían que fuera en el futuro. También conocerán a quienes, en una etapa sin legislaciones protectoras, mucha desidia y no menos hambre, llegaban a Toledo a esquilmar su patrimonio artístico, a cambio, sobre todo, de dólares. Sabrán de la vida de una ciudad de provincias, de los personajes que formaban las élites ciudadanas. En fin, el 4 de diciembre de 2014 significará el final de un estúpido acto de ignorancia literaria.