ALFILERITOS
Notable comunicador
Javier Ruedas deja su puesto en el Ayuntamiento por «asuntos personales»; sólo él conoce los motivos
El hasta ahora gerente de la Empresa Municipal de la Vivienda Javier Ruedas deja el puesto de responsabilidad en el Ayuntamiendo de Toledo por «asuntos personales» con lo cual tan solo él conoce los motivos de esta dimisión, y por nuestra parte nada que agregar al respecto. El toledano Javier Ruedas fue durante un largo período de tiempo jefe de Gabinete del alcalde de la ciudad, Emiliano García-Page, donde obtuvo una calificación notable en el desempeño de este a veces complejo cometido.
Dentro de la mayoría de los medios informativos dejó huella la personalidad amable y receptiva; hizo más amigos que enemigos, y en todo momento supo establecer lazos cordiales con quienes se acercaban hasta su imagen corporativa. Al parecer, según rumorología, las cosas no iban muy bien en la actualidad con el que fuera su mentor en tiempos pasados, quizás porque elegió otros caminos de influencia cerca del secretario federal del PSOE Pedro Sánchez.
Sea como sea y en el momento del adiós, conviene destacar la labor llevada a cabo por Ruedas en el trabajo que ahora abandona y que en opinión del portavoz socialista en la Corporación municipal toledana, Rafael Perezagua, quedará como «un buen gestor» y persona inteligente en materia de comunicación» lo que suma en el enjuiciamiento que el partido tiene sobre el excolaborador de García-Page.
Hasta se lleva el respeto de la oposición del PP que no añade ningún valoración negativa al trabajo del ahora dimisionario por voluntad propia. Desde luego, abandonar un cargo de responsabilidad con aceptable nómina y renunciando a la indemnización económica que pudiera corresponderle en los tiempos que corren siempre es de agradecer, y por ello valoramos esta decisión que encamina su futuro hacia el sector privado en los ambientes de asesoría. Se despide el que fuera un buen jefe de gabinete de la Alcaldía de Toledo y un responsable de la EMV que luchó por actuar con honestidad en sus tareas. Y de ahí que despidamos con afecto a quien también deseamos lo mejor en su nuevo destino. Se lo merece.