OPINIÓN

La vida no es un simulacro

SANTIAGO SASTRE

Acabo de ver la luz el último poemario de María Luisa Mora que lleva por título Simulacro cero . Es el libro número trece y el primero que edita después de la recopilación de su poesía completa y, como suele ser habitual, viene avalado por un premio (el “Nicolás del Hierro” que concede el Ayuntamiento de Piedrabuena). La idea del título se explica en el primer poema, donde se insiste en que la vida no es un simulacro, no es de fogueo, no hay otra vida diferente de esta para enmendar los errores. Ya decía Gil de Biedma en un célebre poema que cuando uno es joven viene a llevarse “la vida por delante” y solo mucho después, cuando ya es tarde, comprende que “la vida iba en serio”.

En este libro podemos apreciar algunos rasgos típicos de la poesía moratiana: una poesía que refleja la experiencia de su autora (un compromiso con la autenticidad), el ingrediente de la tristeza y de la desesperanza (un pesimismo existencial), el importante papel de la opinión de los demás (más asfixiante en los pueblos), la presencia de la muerte y la necesidad de escribir poesía, como una vocación o un destino irremediable (igual que esa piedra que debe arrastrar Sísifo con su espalda). Todo ello con la presencia de bellísimas imágenes literarias (el abrigo se cansa de sus botones, la tristeza es un perro gris, se quedan anticuados los abrazos, ofreces a la lluvia un café solo y unas pastas exquisitas…) Hay una reivindicación de la necesidad del cariño, como reflejo de la necesidad que tenemos de amar y de ser amados: sin cariño seríamos como “un perro viejo que ha perdido/su instinto natural”. Este libro tiene poemas memorables como el titulado “Liberal”, donde parece resonar la voz de Nietsche en el sentido de ir contra la moral establecida: “Algunos días amarías al primero/que pasara por la calle,/te harías liberal,/te drogarías/para experimentar nuevas sensaciones,/te vestirías de geisha,/robarías en el banco que está/justo al lado de tu casa…” En este libro quizá arriesgue Mora un poco más en los temas, en el empleo de juegos de palabras, en el uso de la letra cursiva para manejar el lenguaje directo (“Sueles ser presumida./Te lo dice la gente por la calle:/ Qué bien te arreglas. Qué preciosos/son esos leggins de tachuelas amarillas/y encaje de guipur. ¿En qué lugar/ adquiriste este vestido?”)y, finalmente, apueste por el empleo de versos cortos, alejándose así de los encabalgamientos, que hacen que la poesía sea más explicativa. Sin duda, la publicación de este libro, que se presenta el próximo miércoles a las siete de la tarde en la Biblioteca de Castilla-La Mancha, es un acontecimiento cultural relevante. La reedición de sus últimos libros (El don de la batalla va por la tercera edición) y los seguidores con los que cuenta en Facebook hablan por sí solo de la importancia de una poetisa que tiene numerosos lectores. Un libro que habla de la experiencia de su autora, que también nos salpica y nos ayuda y nos ilumina para nuestra vida. Toda una lección de vida.

La vida no es un simulacro

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