ANÁLISIS
«Mario Tennis: Ultra Smash»: pocas cosas que hacer con la raqueta
La falta de variedad de modos de juego lastran partidas con elementos fantásticos sobre la pista
La versatilidad de Mario es una constante en Nintendo , una compañía que explota la popularidad de su icono en todos los ámbitos, también deportivos. Las series de golf y tenis han mantenido continuidad a lo largo de sus consolas. El último en aparecer es « Mario Tennis: Ultra Smash », exclusivo para Wii U .
Ya hacía una década que no había una edición de la saga en consola, aunque sí había estado presente en las portátiles de Nintendo. La última en 2012, para 3DS. Y, las diferencias, más allá de la mejora gráfica (bien acabada, como es habitual) son escasas en cuanto a la jugabilidad; incluso ha habido un retroceso en la variedad de modos de juego que lastra el conjunto.
«Mario Tennis: Ultra Smash» no es un simulador de tenis, sino un «arcade» donde la diversión prima sobre el realismo. Los personajes del universo de Mario, con su reconocible escenografía, son los jugadores en unos estadios con un funcionamiento convencional en cuanto a las reglas del deporte, pero lleno de aderezos fantasiosos para enriquecer la partida.
La base es el juego tradicional sobre la pista, con golpes variados (sencillos, globos, dejadas, cortados) y el conocido sistema de puntos, modulable para ajustar la duración de la competición. La partida puede desarrollarse en este modo simple o conjugarlo con la cantidad de ventajas competitivas de aparición aleatoria, pero de aplicación estratégica. Así ocurre con las setas para hacerse gigante, o los llamados golpes afortunados, círculos de colores donde posarse y seguir la combinación de botones requerida para efectuar un golpe sin posibilidad de devolución.
Las diferentes pistas también marcan cada partida. Además de las tradicionales de tierra batida, cemento o hierba, con sus consabidas variaciones en la velocidad y altura en el bote, existen otras originales, como la de hielo, de arena o una con cambios en la dirección de la bola.
El problema de «Mario Tennis: Ultra Smash» está principalmente en su escasa variedad de modos de juego : amistosos; un modo supervivencia, que consiste en establecer un récord personal con el número de victorias consecutivas; y el «Megapeloteo», que es otro récord, esta vez del mayor número de golpes a una pelota gigante que va haciéndose más pequeña y rápida. Ni rastro de minijuegos y, sobre todo, de torneos, lo cual impide un auténtico reto, más aún teniendo en cuenta la escasa dificultad del título, y deja con pocos alicientes para la rejugabilidad.
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