Fortnite frente a PUBG: ¿cuál de estos videojuegos rivales es mejor?
El título de Epic Games ha dominado el año por varias razones como su distribución gratuita, pero la llegada a PlayStation 4 de su rival dificulta la elección: cada uno tiene sus fortalezas y debilidades
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Si ha destacado un género en los videojuegos este año ese ha sido el llamado «battle royale». Un fenómeno imparable que ha cautivado a un público muy adolescente. Tiene dos exponentes principales , Fortnite y PlayerUnknown's Battlegrounds ( PUBG , sus siglas por las que se le conoce). Con el tiempo han surgido otras propuestas similares y han hecho cambiar de perspectiva a sagas tan emblemáticas como Call of Duty o Battlefield.
Ante el riesgo de quedarse descolgado, « Call of Duty: Black Ops IIII » introdujo una categoría que simula este estilo de diversión que, sin ser pionero ni realmente novedoso, ha atraído a millones de personas. ¿En qué consiste realmente? Bien, hay que partir de la base de que este planteamiento pone a prueba a los videojugadores hasta un nivel muy extremo. hay que sobrevivir a una contienda en la que se enfrentan simultáneamente decenas de usuarios, en este caso, la cifra alcanza el límite de cien personas.
Si hay algo que da fe a lo que en estos títulos se cuece es poner al mismo nivel a todos los combatientes. Todos asaltan un extenso mapa de juego apenas con un poco de material para realizar sus actividades. Desnudos en la practicidad, el objetivo es, simplemente, sobrevivir mientras recoges herramientas y armamento para mejorar tus habilidades, te escondes y vas acabando contra tus enemigos. Y siempre con la constante presión de un mapa que se va estrechando con el tiempo. El triunfo se lo lleva aquel que gana más puntos y sigue en pie cuando el contador ha finalizado.
Por su destreza y accesibilidad, Fortnite es quien se ha llevado el gato al agua en la mayor parte del año. De descarga gratuita, el título, desarrollado por Epic Games, ha acertado de pleno con los nuevos modelos de distribución que se basa en ofrecer la experiencia libre pero con un importante flujo de micropagos, su verdadera naturaleza financiera. Ser multiplataforma ( está disponible para iOS, Android, PlayStation 4, Xbox One ) le ha conducido a hacerse muy popular. Logró encadenar audiencias masivas de 3,3 millones de espectadores en directo, con doscientos millones de usuarios registrados, aunque ha venido perdiendo interés en los últimos meses.
PUBG, en cambio, siempre ha defendido la idea de pago por contenido para poder iniciarse, aunque en las plataformas móviles el título de Tencent es gratuito, lo que a su vez se ha ganado al público más adolescente. Al principio, cuando apareció el pasado año, registró importantes picos de usuarios que disfrutaban de sus versiones para ordenador. La llegada a Xbox One al cabo de un tiempo tuvo una buena recepción, aunque derivó en ciertas críticas por su debilidad técnica. Ahora, su reciente desembarco en la PlayStation 4 allana el camino para un nuevo crecimiento de su comunidad, aunque tiene un «pero»: depende de dónde se compre el progreso adquirido se quedará en esa plataforma.
Aunque ambas propuestas casan con una misma forma de entretenimiento digital son también muy distintos en el conjunto de ideas desarrolladas. Mientras PUBG se centra en un conflicto más bien realista, en donde los jugadores se sienten partícipes de una guerra convencional, con un público menos pueril, Fortnite ahonda en cuestiones más recreativas y se pasea por una vertiente más informal. La reproducción de los personajes y el entorno en el que se da inicio a una contienda de todos contra todos se ríe de sí mismo, tiene una óptica más marcada. Es reconocible a la legua. Su particular estilo visual, desenfadado y animado, lo es todo porque planea sobre una estética humorística. Para gustos, los colores, pero acercarse a uno u otro puede depender, primero, de los intereses de cada perfil o, segundo, de si se juega con amigos, que supone un condicionante.
No solo se diferencian en lo estético; también en las mecánicas y posibilidades dentro del juego. Fortnite, por ejemplo, no nació únicamente como «battle royale»; este modo ha venido cogiendo fuerza y, ahora, da la sensación que es lo único que se conoce de él. A nivel técnico, favorece a las coberturas y tiene un ritmo más frenético. Los jugadores pueden levantar construcciones y muros para reguardescerse, con lo que para poder crear estas «fortificaciones» hay que derruir algunos objetos y elementos de alrededor.
Es algo similar a lo que sucede en «Minecraft», otro de los videojuegos más exitosos de los últimos tiempos. Y se incluyen diversas actividades secundarias muy variadas que superan con creces a su rival. PUBG es más clásico en ese sentido, y de refilón uno podría pensar que la acción discurre por un juego de la serie Call of Duty -de hecho puede jugarse en primera persona-. Tiene un mapa mucho más vasto que Fortnite, pero a veces da la sensación que algo desaprovechado. Ambos, sin embargo, acceden al conflicto de juego de la misma forma; por aire. Saltar en paracaídas se ha convertido es una tendencia que parece, irremediablemente, venido para quedarse.
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