Primeras impresiones de Google Stadia: luces y sombras de una consola que necesita mejorar

Con dudas sobre la transferencia y un catálogo demasiado escaso, la plataforma de videojuegos de “streaming” llega a España con el objetivo de romper la última frontera, aunque quedan asuntos por resolver

Esta funcionalidad es sólo para registrados

El concepto es lo más interesante de la plataforma. Es fantástica como idea. Un solo mando sirve de llave para acceder a un servicio multidispositivo que ofrece grandes oportunidades para transportarse. Google Stadia , plataforma de videojuegos en «streaming» del gigante de internet, debuta en España con el desafío de romper la última frontera el sector. El objetivo es decir adiós a descargar e instalar los juegos. Todo funciona en la «nube»; eliges título, pinchas y juegas. Pero, sin embargo, presenta todavía algunas limitaciones de inicio. Al menos en este primer acercamiento de un par de horas.

El sistema ofrece al usuario la posibilidad de jugar a títulos de relevancia como «Destiny 2» o «Red Dead Redemption II». Todo funciona bajo un modelo de transferencia en «streaming», lo que quiere decir que no necesita descargar el archivo del juego al dispositivo. Hasta ahí todo bien. El problema de inicio es que ofrece una cierta inestabilidad en la conexión. La compañía promete que con cualquier conexión de fibra óptica funciona, pero lo cierto es que en ocasiones se produce un cierto «lag» y congelaciones de imágenes que, aunque no es excesivamente grave, provoca que se reduzca por segundos la calidad, sobre todo, para un público exigente. En general, los juegos en «streaming» corren bastante bien. Su mayor baza es su transversalidad, facilidad de montaje y la accesibilidad.

Como mínimo se requiere de una conexión de 10 Mbps, que permite disfrutar de los juegos a calidad de HD (720 píxeles) a una frecuencia de 60 cuadros por segundo, que es lo que recomienda la compañía, que soporta sonido estéreo. Para alcanzar la resolución 4K y HDR se necesita de una conexión que fluya a 35 Mbps, ofreciendo en este caso un 5.1 sonido surround. El mando de control, que recuerda al de la Xbox One, es muy ergonómico, manejable y cómodo. La disposición de los botones, por ejemplo, son muy intuitivos. Dos aspectos interesantes son que, por un lado, se carga mediante un puerto de tipo USB-C, y que por otro lado se puede activar el asistente digital de Google con solo hacer unos simples gestos. Este accesorio es la principal pata que da acceso a la plataforma, que ofrece hasta tres vías distintas de consumir el contenido.

Una de ellas es por medio del aparato Chromecast UItra, que viene incluido. De momento, se requiere tener a mano ese mismo accesorio, no sirve otro. La razón es que está así configurado y esta versión ofrece calidad 4K. Se conecta al televisor y a la red WiFi doméstica y listo. Fácil de montar. Al igual que desde un ordenador de sobremesa o portátil; en este modo se requiere, sin embargo, de una plataforma y un registro de usuario.

La tercera vía de acceso es el móvil; hay un soporte que permite ensamblar el mando de control a un móvil para convertirlo, salvando las distancias, en una consola portátil. Esta modalidad, en cambio, permite jugar a algunos juegos imponentes que de otra manera no se podría hacer, pero está limitado, en esta primera fase, a los móviles de Google, la familia Pixel. Por supuesto, está muy orientado al sistema operativo Android, que tendrá acceso a Stadia Pro en los próximos meses. Otro pequeño problema es que para poder jugarlo desde el móvil se debe estar conectado a la red WiFi, lo que impone por tanto llevártelo de viaje en tren.

El catálogo, punta de lanza de este sector para vender consolas, es escaso de inicio. Un total de 22 títulos son los que se van a tener a disposición en esta primera fase. Es cierto que algunos son superventas, como «Destiny 2» -el único superventas incluído gratuitamente-, «Red Dead Redemption II», «Assassins Creed Odyssey» o «NBA 2K20», así como otros interesantes de la talla de «Wolfenstein Youngblood», «Metro Exodus», «Grid» o «Rage 2».

Los usuarios, además, tienen la oportunidad de disfrutar de «Gylt», una bonita aventura sobre bullying desarrollada por el estudio español Tequila Works que es exclusivo para Stadia. En general, y aunque el catálogo es interesante, peca de ser demasiado escaso. La compañía ha garantizado para final de año la llegad de otros potentes títulos como «Borderlands 3», «Dragon Ball Xenoverse 2» o «Ghost Recon: Breakpoint».

El problema viene de que Google irrumpe por primera vez en la industria de los videojuegos. Un sector maduro y asentado en donde las relaciones entre distribuidoras y desarrolladoras es muy estrecha. La monetización del contenido también presenta dudas, porque en realidad Stadia Pro, que es como se denomina la plataforma bajo suscripción, no es en realidad un«Netflix de los videojuegos» como sí lo pueden ser PlayStation Now o Xbox Game Pass. Es necesario una suscripción de 9.99 euros. Se va a tener acceso a juegos gratuitos por medio de Stadia Base , pero llegará el próximo año. Por el contrario, los videojuegos deben ser comprados. A precio de tienda, con lo que ante los posibles problemas de conexión pueden estropear la experiencia.

Otras dudas que revierte la llegada de Stadia es que muchas funcionalidades como el servicio familiar llegará a posteriori, al igual que la pantalla partida o la opción de compartir tu partida a través de internet. Si es el futuro de los videojuegos lo decidirá el tiempo, pero en estos momentos todavía le queda trabajo que hacer. El único beneficio real es no tener una consola debajo del televisor .

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