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«Fifa 14», una oda al balón
La nueva entrega del simulador de fútbol pone el foco en el realismo y en los movimientos
Regates más efectivos, mayor control del balón, nuevas oportunidades para crear tácticas. El balón ha entrado siempre por la escuadra de los rankings de ventas de videojuegos, un mercado que mueve anualmente más billetes que el cine y la música juntos. Una temporada más, EA Sports no ha querido perderse la cita con su apuesta por la simulación del deporte rey.
A la venta para PlayStation 3 y Xbox 360, «Fifa 14» cuenta con mayores detalles, mejores gráficos y un realismo superior a su anterior entrega, aunque el control del balón sea más impredecible. A veces la batalla en el centro de campo se resuelve de un modo pantanoso, anárquico y algo denso. Hace falta práctica para afinar la puntería y saber colocar la bala donde se pone el ojo.
El control de precisión es uno de los aspectos más novedosos. La nueva mecánica de tiro impresiona al añadir más movimiento a su ya amplio abanico de posibilidades y con la incorporación de acabados más espectaculares. El nuevo sistema está basado en el binomio impulso-reacción, lo que provoca que un cambio de dirección con balón sea más realista pero difícil. Ya se sabe: la potencia sin control no sirve de nada.
Lo cierto es que todos estos cambios repercuten en que la velocidad de creación mengüe considerablemente. Los avances sin balón y la retención también han variado con respecto al año anterior. Se puede proteger el mismo con los codos y ocupar la zona tan solo con un botón. Aunque, quizá, puede perturbar la esencia, el jugador se da cuenta, pronto, que la desarrolladora ha puesto el foco de «Fifa 14» en la estrategia de equipo.
¿Un retroceso a la jugabilidad? Los jugadores son más propensos a errores y a perderse entre los laureles. El balón corre, vuela y es difícil de mantenerlo. Hay una evolución en la popular franquicia. La compañía no se ha limitado a actualizar las plantillas sino que ha arriesgado marcándose nuevas metas. La del pasado año no tiene nada que ver con el actual. La actualización, anual, ha registrado un importante cambio en aras de encontrar la fórmula del éxito, pero esta decisión está provocando un debate cruento entre sus seguidores.
Eso sí, esa imprevisibilidad que goza este nueva entrega del videojuego es propensa a beneficiar a algunos jugadores de trazada amplia y pertinaz regate. Pero el jugador no debe andarse con chiquitas que este año los defensores guardan un as bajo la manga. Son más rápidos e inteligentes además de rudos y fuertes.
Las diferencias entre los equipos es una constante y resume básicamente el actual desarrollo de las ligas internacionales como la española. Real Madrid y Barcelona, aptos; equipos como el Elche, en la primera categoría después de 24 años, con resultados algo más moderados. Son pequeños detalles que es posible se corrijan con su llegada a la nueva generación de consolas.
Espectacular cuando se aprende a fijar líneas y los dedos responden a la intuición. Importante colocar bien al equipo, para que optimizar recursos y no verse desbocado por la potencia de los rivales. Lo arriesgado es creerse Leo Messi y tratar de romper caderas a los defensores. En la vida real, el argentino es capaz; en el mundo virtual, la máquina tiene los movimientos estudiados.
En definitiva, hay que advertir al jugador que el dominio del esférico no es tan fácil como se intuye a la primera. La portas, la diriges, ahora un quiebro, otro y el rival te deja pasmado. El juego, en su conjunto, está muy enfocado al multijugador, donde se equilibran los niveles de destreza y uno no llega a sentirse derrotado casi antes del pitido inicial.
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