análisis

«The Evil Within: The Executioner»: golpe de timón en primera persona

El tercer y último contenido descargable explora los orígenes de uno de los monstruos más carismáticos del juego, el carnicero de la caja de caudales, cuyo sistema de combate es directo y agresivo

«The Evil Within: The Executioner»: golpe de timón en primera persona

j.m.sánchez

Con la historia ya concluída, los dos primeros contenidos descargables de «The Evil Within» (« The Assignment » y « The Consequence ») bien sirvió para ampliar los entresijos de esta aventura de supervivencia. Se tocaron varias perspectivas, pero ahora ha llegado una totalmente diferente. «The Executioner» da un giro total al juego. Y no solo por su enfoque en perspectiva subjetiva, sino también en el concepto de juego.

Aquí el jugador se pone en la piel del guardián, aquel temible personaje cuya cabeza en forma de caja de caudales aterraba al personaje principal, Sebastián Castellanos, en la búsqueda de la verdad. Precisamente, este ser hostil también tiene una verdad paralela. Suya y personal. Sin entrar en muchos detalles para no desentrañar el misterio, el violento asesino se anima a acceder a la máquina Steam para localizar a su hija, también influenciada por el sistema. Y debe hacerlo rápido, puesto que la influencia borra paulatinamente sus recuerdos hasta convertirla en una criatura más dentro de este universo alternativo cargado de sangre.

A diferencia de la historia principal, en este tercer y último descargable, la idea de «supervivencia» no es tal como sucede en este tipo de juegos, en donde los personajes, en medio de la soledad y con escasos recursos armamentísticos, deben salir airosos de la hostilidad. Por contra, nos encontramos ante una serie de combates en la arena, de corte muy arcade y «hack and slash», en donde cada vez que eliminamos a uno de nuestros rivales (la mayoría conocidos, aunque se presentan algunos nuevos) ingresamos puntos que, posteriormente, podemos utilizar para mejorar las habilidades del personaje o comprar nuevas armas.

Esta quizá algo prescindible pero corta historia, que se ambienta en la mansión de los Victoriano, combina combates cuerpo a cuerpo en primera persona con la exploración, a la vez que permite a los jugadores descubrir la peculiar vivencia de un hombre «obligado» a convertirse en el guardián. No faltan coleccionables a lo largo de unos entornos ya conocidos por el jugador. En principio, partimos de lo básico. Los jugadores, armados inicialmente con el característico martillo de este personaje, se enfrentarán a varios villanos emblemáticos, como el sádico o el propio Joseph, el policía fiel de Sebastián, que sufre de alucinaciones.

Al no haber ni por asomo posibilidades de infiltración y sigilo, la dinámica es explosiva, directa y agresiva, en tanto en cuanto a los combates se refiere. A martillazo limpio, cogiendo a los rivales y lanzarlos, haciendo uso de las temibles trampas o con la motosierra, nos deshacemos de cualquier ser que se nos aproxime. Sin miramientos. En ocasiones, se nos da la oportunidad de lanzar a los rivales a zonas de pinchos, que ganaremos puntos. En cada tramo final de las historias nos encontraremos con diversos jefes finales, cada uno con sus propias habilidades. La mayoría de veces la curva de dificultad está poco pronunciada, por lo que todo se resuelve con relativa celeridad. Al acabar con ellos se abrirá nuevos pasillos para continuar, por lo que es imprescindible pasar por aquí como una especie de sanguinario divertimento obligado.

«The Evil Within: The Executioner»: golpe de timón en primera persona

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