análisis
«Inazuma Eleven Go Chrono Stones»: fútbol y rol de dibujos animados
El realismo en este juego de Nintendo 3DS es secundario, la importancia está en la épica mágica
La popular serie de animación japonesa «Inazuma Eleven» ha conseguido crear a su alrededor una saga de videojuegos a su altura gracias a un particular sistema de juego: mezcla de fútbol y rol con un peculiar uso de la doble pantalla y del stick para los partidos. El último lanzamiento, «Inazuma Eleven GO Chrono Stones», exclusivo otra vez para la portátil Nintendo 3DS, repite la fórmula del éxito, con una historia algo disparatada, pero con novedades suficientes para justificar la entrega.
Los alumnos del instituto Raimon deben evitar el intento de acabar con el fútbol de unos enviados desde el futuro. El héroe, el estudiante Arion Sherwind, debe reclutar a nuevos jugadores para enfrentarse a los viajeros del porvenir y vencerlos partido a partido, el auténtico punto de interés del juego.
Los encuentros en Inazuma Eleven mezclan el fútbol con el rol. Las jugadas dependen de las habilidades de cada jugador, evolucionadas en cada victoria. El realismo es secundario: la importancia es la épica mágica. Más aún con las novedades en esta edición: la posibilidad de fusionarse con otros áuras o un renovado espíritu guerrero. Los partidos, entretenidos, oxigenan el recorrido de los personajes entre cada contienda para hilar la trama y reclutar nuevos futbolistas a la causa.
La recreación de dibujos animados, idéntica a la serie, mantiene el nivel de entregas anteriores. La larga duración propia de los juegos de rol japonés no resulta una barrera para jugadores poco dados al estilo de juego más exigente en horas dedicadas, gracias a una dificultad muy accesible y una cantidad de partidos con una frecuencia liberadora. Una buena entrega para los neófitos en la saga, aunque más de lo mismo para quienes conozcan la serie.