Parkfy
«La economía colaborativa no es un problema sino una oportunidad»
Una «startup» española crea una plataforma, Parkfy, que permite rentabilizar las plazas de aparcamiento
La llamada «economía colaborativa» ha propiciado un debate entre sus defensores y detractores. El fenómeno de eliminar intermediarios para realizar un servicio ha levantado ampollas en algunos sectores.
Al igual que sucede con Uber o AirBnB, la plataforma Parkfy propone una forma de negocio que choca con los sistemas económicos tradicionales, «encorsetados» para los usuarios que promulgan las bases de este nuevo sistema de intercambio de bienes.
El servicio, lanzado oficialmente esta semana a pesar de encontrarse activo desde finales del pasado año , propone poner en contacto a particulares que desean alquilar su plaza de garaje con aquellos que quieren aparcar su coche en el centro de las ciudades. De esta manera, se puede encontrar parking barato y a la carta.
La compañía defiende este tipo de servicios dado que la tecnología actual, muy común entre los ciudadanos, es capaz de facilitar la transmisión de información de persona a persona a coste cero. «La economía colaborativa, por ahora, son aplicaciones, pero se trata de un nuevo formato de economía que va a crecer en los próximos años», relata al diario ABC Antonio Linares, cofundador de la herramienta.
Así, el arrendamiento de la plaza de alquiler el usuario puede solicitar el espacio durante horas, días sueltos, una semana o un fin de semana. No, así, por periodos más largos, como el de varios meses seguidos, que entraría en otro tipo de negocios como los arrendamientos tradicionales, acompañados habitualmente por procesos contractuales en los que, incluso, se prohibe entre sus cláusulas subarrendar la plaza. Por tanto, los defensores de estos nuevos sistemas instan a las autoridades a establecer marcos legales para su defensa.
«La plaza privada se ha convertido en un activo infrautilizado. El dueño puede sacar dinero de los momentos en los que no la usa como hasta ahora no lo había hecho», agrega Linares, al tiempo que asegura que la economía colaborativa es un proceso muy potente y subyacente. «El abaratamiento de la tecnología (móviles, internet, aplicaciones) está permitiendo que las personas se comuniquen a un coste marginal de casi cero. La facilidad de transmisión de información es la que está permitiendo que la gente se organice de forma distinta y de esto surgen modelos de colaboración y empresas como la nuestra. Por ello, no solo estamos presenciando una oleada de empresas colaborativas si no, además, un cambio en el comportamiento de la sociedad», relata.
Por esta razón, estos nuevos formatos de negocio chocan con la economía tradicional. «Esto no es un problema, sino una oportunidad», ya que, a su juicio, «hay activos en las casas que no están generando dinero y que podrían hacerlo. De hecho, en un futuro se hará con la energía».
La compañía hace cálculos al respecto. Así, alquilar una plaza durante la rutina de cada uno a una misma persona, por 20 euros a la semana, por ejemplo, un usuario puede ganar hasta 1.040 euros al año. También aseguran que los precios son un 40% más baratos que los parquímetros públicos y garantizan una fuente de ingresos extra para los propietarios de la plaza.