Entre satélites, ‘apps’ y cubos: así son los inventos españoles del futuro
En el país somos innovadores, sin embargo las startups lamentan lo difícil que resulta empezar a emprender
«Acabamos de estar con el Rey. Nos ha dicho que muchas gracias por todo lo que estamos haciendo por la tecnología española. También que era el cumpleaños del presidente del Gobierno, y que a ver si podíamos cantarle entre todos el cumpleaños feliz». Quien habla, recostado en un esquinazo de la Fira de Barcelona el pasado lunes con una sonrisa que apenas le cabe en la cara, es Aarón de Bernardis, un joven alicantino de 31 años que, después de acumular malas experiencias trabajando para la gran empresa, decidió romper la baraja y crear su propia startup tecnológica junto a su hermano Caleb y a una amiga. El resultado fue Nax Solutions , compañía que, desde 2019, interpreta imágenes de cultivos captadas a través de satélites mediante Inteligencia Artificial . Gracias a ello, puede ayudar a los agricultores a sacar el mayor rendimiento a sus campos.
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«Arrancamos en la cocina de mi madre con ordenadores de segunda mano. Nos pusimos en contacto con productores para explicarles lo que queríamos hacer y preguntarles sus necesidades. Interpretamos la sitación de los campos para informarles, de forma sencilla, cuáles son los niveles óptimos en los que deberían estar. Esto nos está permitiendo ahorrarles costes hídricos, de fertilizante y de producción», explica Bernardis. La empresa, tras tres años de vida, ha conseguido ser rentable. Está presente en 18 países y tiene unas 30 personas en plantilla. Con todo, los inicios, como señala el emprendedor, no fueron fáciles: «Dedicarte a la tecnología en este país es muy duro. Decidirte a dar el paso, cuando no tienes ingresos, ya nos costó unos 2.000 euros mensuales sin tener nada, solo por autónomos». Bernardis también lamenta el que en España resulte complicado acceder a ayudas cuando estás empezando: «Se dice que hay muchas, pero lo cierto es que acceder a la mayoría es complicado si no tienes garantías personales. Sin eso, conozco casos de gente que incluso están utilizando los pisos de sus padres para poder emprender. Me parece una locura».
Nuria Pastor, a diferencia de Bernardis, ni siquiera ha alcanzado la treintena. Estudió psicología en Barcelona y, poco a poco, fue complementando su educación con estudios de postgrado en universidades como Harvard o Stanford, donde afiló sus concimientos sobre salud aplicada al ámbito digital y negocio. En 2018 decidió comenzar a emprender; el resultado fue HumanITcare , empresa dedidada a llevar la asistencia sanitaria a casa del paciente a través de una aplicación . Esta emplea Inteligencia Artificial para monitorizar el estado del paciente en todo momento y envía alertas al médico en caso de que surja cualquier problema. Actualmente trabaja con 30 clínicas y hospitales. Y subiendo.
No vemos el futuro
«Tenemos una plataforma en la que el equipo médico puede personalizar el plan de seguimiento del paciente», apunta Pastor, cuya compañía acaba de ser premiada dentro del marco de la feria tecnológica Mobile World Congress, que cerró sus puertas en Barcelona el jueves. La emprendedora recuerda que, a pesar de que ahora son rentables, los comienzos «fueron muy complicados»: «Emprender en España es muy difícil. En nuestro caso tuvimos suerte, porque conseguimos ayuda pública. La UE nos dio 3 millones de euros. Hasta llegar a ese punto, hubo que hablar con muchos clientes y demostrar que lo que estábamos haciendo tenía sentido».
Precisamente en eso, a la caza de ayudas, andan ahora los treinteañeros Pablo Honrrubia y Pablo Calatayud, directores de la startup iNuba ; empresa que ha desarrollado una aplicación y una de cabina con forma de cubo c apaz de medir el estado físico mediante el uso de IA y realizar entrenamientos y planes de alimentación a medida. «Empezamos en plena pandemia. Nos dimos cuenta de que los competidores tenían soluciones que no estaban basadas en ciencia y datos. Nuestros algoritmos, sin embargo, son capaces desarrollar planes igual que lo haría un especialista», apunta Calatayud. Cuando les preguntamos si son rentables, Honrrubia se rie y se queja de la falta de visión en España: «Estuvimos en EE.UU. hace poco. Allí nos decían que en España nos cuesta mucho ver el futuro. La diferencia es que en norteamérica cuando una idea es buena no miran el dinero que cuesta. Aquí hay mucho talento, pero falta gente dispuesta a poner capital. Luego está la burocracia, todo es muy lento».
