Las cerraduras inteligentes empiezan a tocar a tu casa

En la feria tecnológica CES de Las Vegas se presentaron novedades en seguridad doméstica

Esta funcionalidad es sólo para registrados

No hace falta ser un lince para darse cuenta que, hoy en día, el teléfono móvil de última generación ha dejado de ser un mero aparato para realizar llamadas y ha pasado a ser nuestro tótem para la vida diaria. Estos miniordenadores, que descansan en millones de bolsillos del mundo, son capaces de controlar todo tipo de objetos, monitorizar actividades físicas, pueden servir de monedero virtual pero, también, se está empleando a modo de llaves para acceder a casa.

Los fabricantes, como han demostrado una edición más en la feria CES de Las Vegas, han vuelto a aferrarse a la tecnología de biometría en su visión del futuro del hogar. La seguridad de los accesos empieza a tener como compañero de viaje a las huellas dactilares y los rostros. Es una visión más propia de la ciencia ficción pero que empieza a ser cada vez más real. Y, como elemento indisoluble para lograr estos avances, el «smartphone». Porque este aparato electrónico ya se utiliza en miles de casas para abrir esas llamadas cerraduras inteligentes.

Existen muchos avances en materia de seguridad domótica. Un sector que está madurando rápidamente. La idea es que puedan acceder a sus viviendas de manera más rápida y sencilla. Desde hace varios años, los consumidores pueden adquirir desde cerraduras, cámaras y timbres conectados, que permiten, entre algunos ejemplos, desde grabar a una persona que merodea en sus inmediaciones o avisar al dueño de la entrada de un extraño en su domicilio.

Estas soluciones al alcance de cualquier persona es un área en la que muchos fabricantes han depositado esfuerzos y mucho dinero para hacerlo realidad. Netatmo, firma especializada en el hogar, anunció durante el evento una cerradura que permite dar acceso a la vivienda a todos los miembros de la familia. También se incluye una opción para transferir una acceso temporal a un invitado. Otro ejemplo de estas propuestas está en Halo Touch de Kwikset, una cerradura que incorpora un sistema de reconocimiento dactilar.

Con unos pocos euros, en cambio, se puede desplegar por toda la casa una red de dispositivos conectados diseñados teóricamente para controlar la seguridad del hogar. Otra firma dispuesta a llevar esta idea a millones de familias es Haier, que ha desarrollado un ecosistema a partir de una cámara de seguridad inteligente, una cerradura y un sensor para detectar la presencia de extraños.

Ese obsesivo deseo por implantar el «todo controlado» ha llevado, sin embargo, a situaciones menos optimistas. En los últimos años se han dado casos de «hackeos» de cámaras para bebé y de desbloqueos de estas puertas conectadas que han demostrado la todavía frágil seguridad informática del hogar inteligente.

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