El Vaticano tranquiliza con el nuevo parte médico de Benedicto XVI
Asegura que está estable, «descansando bien» y que celebró misa en su cuarto

El Vaticano actualizó este viernes con unas pocas líneas la situación clínica de Benedicto XVI. «Anoche el Papa emérito pudo descansar bien. También participó el jueves por la tarde en la celebración de la Santa Misa en su habitación. Actualmente su estado es estacionario», ... recitaba el parte médico oficial publicado a las tres de la tarde.
A lo largo del día, desde la residencia de Benedicto XVI, el exmonasterio 'Mater Ecclesiae', en los Jardines Vaticanos, se filtraron algunos otros elementos para dar un cuadro más completo. Parece que el Papa emérito está respondiendo a la terapia para controlar un supuesto bloqueo renal que el miércoles hizo temer un desenlace inminente pues se unió a las dificultades respiratorias y a sus antiguos problemas cardiacos.
Benedicto, de 95 años, está despierto y lúcido, y pudo concelebrar la misa en su propia habitación junto a su secretario, el arzobispo alemán Georg Gänswein. El comunicado oficial del Vaticano no menciona explícitamente una supuesta mejoría, pero describe una situación «estacionaria» que permite suponer que los médicos no prevén un desenlace inminente.
Además, el portavoz de la Santa Sede evita usar la palabra «grave» y la sustituye por «estacionaria», que en ámbito médico describe a pacientes cuya condición clínica está bajo control y no precisan de dispositivos de cuidados intensivos.
El Papa Francisco no ha mantenido encuentros oficiales este viernes, y ha solicitado que le mantengan constantemente informado de la situación de Benedicto XVI. Por la tarde está prevista una misa en la catedral de Roma, la basílica de San Juan de Letrán para rezar por el Papa emérito.
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Durante estas horas, recupera actualidad la respuesta que Benedicto XVI dio al periodista alemán Peter Seewald en 2016 en el libro entrevista 'Últimas Conversaciones'. A la pregunta sobre si es posible prepararse para la muerte, el Papa emérito respondió: «Hay que prepararse para la muerte. No en el sentido de cumplir ciertos actos, sino de vivir preparándose para superar el último examen frente a Dios. Para abandonar este mundo y encontrarse delante de Dios y de los santos, de los amigos y de los enemigos. Para aceptar la finitud de esta vida y ponerse en camino para llegar a la presencia de Dios». Añadía también entonces que se preparaba a la muerte meditando sobre este «encuentro». «Lo importante no es imaginárselo sino ser consciente de que toda la vida tiende a ese encuentro», decía.
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