Vatican Mall, un templo del lujo a las puertas de la Santa Sede
A dos minutos de la misma Basílica de San Pedro abrirá en diciembre una «experiencia boutique» que pretende atraer hasta cuatro millones de peregrinos. El Vaticano guarda silencio sobre la operación, por lo que contaría con su beneplácito
El Vaticano dinamita la oleada de especulaciones sobre una renuncia del Papa Francisco
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Todavía no ha abierto sus puertas, y ya ha provocado ríos de tinta por mezclar lo sacro y lo profano. El Vatican Mall, un centro comercial en locales propiedad de la Santa Sede a dos minutos de la basílica de San Pedro, ... abrirá sus puertas antes del 7 de diciembre. Al principio, sus promotores querían vender allí sólo productos de lujo.
Pero ahora se ha transformado en una «experiencia boutique» que incluye propuestas de cultura y solidaridad. En sus pasillos, los peregrinos camino o de regreso del Vaticano podrán adquirir «una selección de marcas italianas e internacionales con un fuerte espíritu creativo y artesanal. Desde ropa hasta accesorios y calzado, y desde joyería y creaciones para el hogar y cosméticos, hasta gastronomía y vinos».
En su contra, el eterno debate sobre hasta qué punto es correcto lucrarse en las inmediaciones de lugares de peregrinación. A su favor tienen que dará trabajo directo a unas 250 personas. Para comprender su historia, hay que remontarse a finales de los años 90.
Años antes del Jubileo del año 2000, Roma y el Vaticano se asociaron para construir un aparcamiento en la colina del Gianicolo con el que facilitar el acceso de millones de peregrinos. La decisión estuvo cargada de polémica. Italia aportó un 40% de los casi 50 millones de presupuesto, aunque la propiedad era del Vaticano. Además, las obras tocaban los restos de la villa que Agripina, la madre de Calígula y abuela de Nerón, se construyó en aquel paraje.
El descubrimiento de frescos del siglo II y muros de la 'domus imperial' conservados bajo el suelo, retrasó las obras y Juan Pablo II inauguró el aparcamiento el 31 de enero del año 2000, un mes después del inicio del Jubileo. El pontífice subrayó que el aparcamiento era un 'win win', una operación en la que nadie pierde, pues facilitaría el acceso de peregrinos al Vaticano y descongestionaría los atascos en el centro de Roma. «Por eso, la vigencia de este notable complejo multifuncional va mucho más allá del año 2000, ya que constituirá una importante infraestructura urbana, destinada a mejorar las condiciones de tráfico y la calidad de vida de los habitantes del distrito», añadió entonces.
En aquel momento, hasta 90.000 pasajeros subían y bajaban cada día de un vehículo dentro de estos muros. Actualmente, son 10.000, aunque el aparcamiento tiene espacio para 94 autobuses y 765 coches. La clave de la historia es que no lo gestiona directamente el Vaticano, sino una sociedad llamada Terminal Vaticano Roma SRL, que paga un alquiler y que intenta sacarle el máximo partido.
Desde el principio, bajo el aparcamiento, había un restaurante. El lugar es estratégico, pues, igual que en los aeropuertos, el tránsito de turistas garantiza un flujo continuo de clientes. Cuando lo vieron dos empresarios romanos, propusieron convertir ese restaurante en un centro comercial y los gestores de Terminal Vaticano Roma aceptaron.
Ya se han invertido 15 millones de euros en el proyecto
Ya han invertido 15 millones de euros en el proyecto, pues según sus cálculos, espera que pasen casi cuatro millones de personas al año, y que el número aumente durante el Jubileo de 2025, al que vendrán 35 millones de peregrinos.
«No somos el Vaticano»
«No somos el Vaticano, esto debe quedar claro para todos y no dejaremos de repetirlo», explica Martina Mogherini, responsable de prensa de Vatican Mall. Confirma que tienen «una relación contractual con la empresa privada italiana Terminal Vaticano Roma SRL. que gestiona la estructura de varias plantas y nos ha subarrendado la parte comercial». Presenta la operación como «un proyecto de reurbanización de la Terminal del Vaticano, fundamental para el turismo internacional y religioso, y para la ciudad de Roma».
Pero es una operación delicada y es poco probable que se haya hecho sin el visto bueno del Vaticano. En concreto de la Congregación para la Evangelización, que hasta mayo se llamaba Propaganda Fide, y que es el dicasterio (organismo) más importante de la Curia Vaticana. Se ocupa de gobernar y de mantener económicamente a un tercio de las diócesis del mundo, las de los territorios de misión. Se financia con campañas de sensibilización, legados, y sobre todo, con las rentas del alquiler de cientos de propiedades en Roma. Entre ellas, la de este aparcamiento que ahora acogerá el centro comercial.
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En ese dicasterio consideran que la operación es un tema delicado y prefieren no comentarla. Su prefecto, el cardenal Luis Antonio Tagle, que también preside Cáritas Internationalis, no ha hecho ninguna declaración. Pero todo apunta a que lo aprueban, pues habrían podido bloquearlo y no lo han hecho.
Aunque en aquel tiempo el cardenal Tagle no trabajaba en Roma, seguro que sabe que en julio de 2013, pocos meses después de ser elegido Papa, Francisco convocó una «Comisión Referente sobre la Organización de la Estructura Económica Organizativa de la Santa Sede», formada por economistas y canonistas. Su misión era localizar los puntos débiles de la organización del Vaticano. Uno de los primeros que encontró, es que «la renta de los locales inmobiliarios de Propaganda Fide podría ser más alta del 50% alzando los alquileres a los valores de mercado». Con ese panorama, si el proyecto del centro comercial produce beneficios en tiempos de crisis, bienvenido sea.
Dejó de ser de lujo
No están claros los motivos, pero sí que los empresarios decidieron adaptar el centro comercial para que no fuera de lujo. Su web original se llamaba Vatican Luxury Outlet, y el nombre inicial de la sociedad era Terminal Vaticano Free Luxury Center. Las palabras cuentan y unir 'luxury' (lujo) y Vaticano es toda una declaración de intenciones que contrasta con la austeridad proclamada por el Papa Francisco. Para evitar malentendidos, fue rebautizado como Vatican Mall.
«Enseguida comprendimos la importancia de la ubicación del centro comercial y del nombre que nos identifica, y demostraremos con hechos lo que ya hemos dicho muchas veces con palabras», explican desde su oficina de prensa a preguntas de ABC. «No se trata de un centro comercial de lujo, aunque acogerá a las mejores marcas», aclaran. Sin embargo, su web promete que allí encontraremos «sólo las mejores marcas italianas e internacionales».
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El proyecto final incluye 57 tiendas (entre ellas, las marcas españolas Mr Wonderful, Scotta 1985 y Mr Churro), 18 restaurantes, y proyectos de cultura y solidaridad. Anuncian una relación «exclusiva» con el Museo de escultura moderna de Portofino, para proponer «eventos culturales, exposiciones de arte y un espacio dedicado a la promoción de obras de seleccionados artistas modernos y contemporáneos». Dicen que por sus pasillos circularán robots de perros y un holograma que, prometen, encantará a los niños.
Además, lanzarán iniciativas sociales con un toque exclusivo, -lo llaman en su página web 'glamour social'. De ellas se ocupará la actriz siciliana Annamaria Spina, de quien explican que es activa en la «reivindicación de los derechos y la protección de las mujeres». Ella guiará una especie de «taller de ideas que diseñará prendas y accesorios que transmitan mensajes sociales».
«La ética es uno de los pilares de nuestro proyecto», insiste su portavoz Martina Mogherini. «Le adelanto que, junto a Sony, estamos preparando un proyecto único para niños con dificultades, y que venderemos productos que contribuirán con proyectos sociales», asegura.
«La pobreza se combate creando puestos de trabajo», dice la portavoz del proyecto
Quizá alguna de esas iniciativas se relacione con la ayuda a las personas sin techo que en los últimos años han convertido en su casa los alrededores de la plaza de San Pedro y los accesos al nuevo centro comercial. «La pobreza se combate creando puestos de trabajo, aunque también queremos hacerlo ayudando a los necesitados», responde la portavoz.
La historia evoca la polémica que se abrió a finales de 2016, cuando el Vaticano alquiló a McDonald's unos locales para que abriera un restaurante junto a la columnata de Bernini. Ahora todos lo ven con normalidad, y aprecian que de vez en cuando regale hamburguesas a las personas sin techo.
No se sabe qué piensa el Papa sobre este nuevo centro comercial. Aunque puede dar una pista lo que dijo este martes durante un encuentro con empresarios españoles. «Sed creativos en la planificación del trabajo para crear empleos», les pidió. Desde luego, no puede decirse que la idea de un centro comercial a pocos metros del Vaticano no sea creativa.
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