¿Qué es la disforia de género?
Cuando ésta alcanza un nivel tan alto que puede llegar a tener un diagnóstico, debe clasificarse como un trastorno mental
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El debate sobre la autodeterminación de género parece no haber quedado zanjado con la nueva ley trans a cuenta, principalmente, del derecho a cambiar de sexo en el Registro Civil sin requisitos previos. Esto es, que desaparece la necesidad de presentar un informe de médico o psicológico en el que se diagnostique disforia de género, entre otras cosas.
Según la Asociación Mundial de Profesionales para la Salud Transgénero (WPATH, por sus siglas en inglés) se describe la Disforia de género como «malestar o angustia causada por una discrepancia entre la identidad de género de una persona y el sexo asignado a esa persona al nacer (y el rol de género asociado y/o las características sexuales primarias y secundarias)».
Aunque hay personas, explica esta asociación, cuya identidad, rol o expresión de género difieren de las normas culturales prescritas en función del un sexo particular, se trata de «disconformidad de género». Sin embargo, sólo algunas personas con disconformidad de género experimentan disforia de género en algún momento de sus vidas.
Cuando ésta alcanza un nivel tan alto que puede llegar a tener un diagnóstico, debe clasificarse como un trastorno mental.
Síntomas
Para que se llegue a hacer un diagnóstico, recoge el Instituto de la Juventud, adscrito al Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, se deben dar al menos dos de estos síntomas: una marcada incongruencia entre el género experimentado/expresado y el género asignado, de al menos 6 meses de duración; un intenso deseo de eliminar las características sexuales secundarias o, en adolescentes jóvenes, el deseo de prevenir el desarrollo de estas características; un intenso deseo de ser de otro género y de ser tratado como tal; la fuerte convicción de que uno tiene los típicos sentimientos y reacciones del otro género.
Consecuencias
Las personas con disforia de género pueden sentir un fuerte dolor emocional y una gran angustia que puede llegar a interferir con la escuela, el trabajo, la vida social u otras áreas de la vida.
Es importante que las personas con disforia de género reciban apoyo de su entorno, social y psicológico, y comprensión de los profesionales médicos.
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Tratamiento
El tratamiento de la disforia de género es individualizado y abarca, desde la asesoría para ayudar a la persona a comprender sus sentimientos y afrontar la situación; asesoría de parejas o familiar; terapia hormonal de afirmación de género -lo que en el pasado se denominada terapia de reemplazo hormonal- hasta la cirugía de afirmación de género (denominada anteriormente como cirugía de reasignación de sexo).