¿Sabía que en invierno también nuestros perros no se libran de pulgas y garrapatas?
Un paseo de nuestra mascota por parques y jardines de nuestra ciudad puede ser uno de los focos más importantes de estos parásitos externos también ahora en invierno.

No hay que bajar la guardia ni en invierno. Con la llegada de la estación más fría del año -y a las temperaturas actuales nos referimos- y eso no significa que las pulgas y garrapatas no estén al acecho de nuestras mascotas y a sus familias. Existe la falsa creencia de que con la llegada del frío no es necesario proteger a perros y gatos frente a estos parásitos. Un grave error que puede tener consecuencias en la salud de nuestras mascotas y también de las personas. Además, la situación tan atípica que estamos viviendo en nuestro país con la limitación de la movilidad y la permanencia en nuestra localidad e incluso barrio, puede generar una falsa seguridad en las familias al considerar que los parásitos únicamente se encuentran en zonas rurales. Javier Lucientes , profesor de parasitología de la Universidad de Zaragoza y uno de los 21 expertos que han colaborado en la iniciativa europea #ProtectOurFutureToo puesta en marcha por MSD Animal Health, ha aportado su visión sobre el incremento y desarrollo de parásitos que exponen a nuestros perros y gatos a riesgos sin precedentes.
Unos parásitos que no descansan
En los últimos diez años, las poblaciones, tanto de flebotomos como de mosquitos se han visto incrementadas, pero no sólo en su número o densidad, sino también en la zona de distribución. Uno de los factores que ha influido es, precisamente, la urbanizacion. En los últimos años, hemos visto cómo ha habido un incremento de la población en las grandes ciudades, lo que ha favorecido el cambio en la estructura de las mismas y un aumento de las zonas ajardinadas. Esta concentración está llevando a la aparición de nuevos ambientes que son aprovechados por estos vectores, considerados inicialmente rurales, y que, debido a esta circunstancia, han comenzado a colonizar, aumentando su capacidad de transmisión de enfermedades en ambientes urbanos.
A esto se suma que, dentro de las ciudades, además, ocurre un fenómeno denominado «isla térmica», es decir, las temperaturas en el interior de las grandes urbes son superiores a las que existe fuera de las mismas lo que favorece un aumento en la actividad de los parásitos dentro de las ciudades. Además, se está adelantando el período de riesgo de transmisión de enfermedades dentro de las propias metrópolis en comparación con lo que ocurría en períodos anteriores.
Aumento de las temperaturas
Sin embargo, el principal componente que ha influido en ello ha sido el aumento de las temperaturas. Javier Lucientes afirma: «Los mosquitos y los flebotomos son animales de sangre fría y su metabolismo depende directamente de la temperatura ambiente. Si ésta incrementa, empezarán su actividad de forma más temprana, ampliarán su ciclo de actividad, aumentará el número de generaciones al año e incluso el número de picaduras y por lo tanto la capacidad de transmitir enfermedades».
Por su parte, Agustín Estrada Peña, profesor de parasitología y zoonosis de la Universidad de Zaragoza, especialista en el área de parasitología, pone en evidencia que las poblaciones de parásitos externos en nuestro medio ambiente estén aumentando, expandiéndose a nuevas áreas y permaneciendo activas durante períodos más largos de tiempo durante todo el año.
Agustín Estrada reconoce que «los cambios en el clima afectan profundamente en la distribución de las garrapatas, pues hasta hace unos 30 años se podía observar una estacionalidad más o menos estricta y restringida a las épocas de primavera y del estío y durante las cuales se podía comprobar la actividad de las garrapatas. Sin embargo, esto ha cambiado rápidamente y en los últimos años estamos observando un otoño y un inverno mucho más cortos y mucho más cálidos, por lo tanto, es preciso entender que debemos proteger a las mascotas también durante estas épocas».
Prevenidos todo el año
Por todo esto es muy importante extremar las medidas de cuidado y de prevención en las mascotas y acabar con falsas creencias sobre la mayor supervivencia de los parásitos en zonas rurales versus zonas urbanas. La prevención durante todo el año es la única manera de proteger a las mascotas a través de tratamientos antiparasitarios preventivos que eviten su transmisión y de revisiones periódicas por los veterinarios.
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