La pérdida de una mascota es tan difícil como la de un familiar para el 90% de los propietarios
Un estudio realizado a más de 10.000 propietarios de perros y gatos muestra que para uno de cada dos españoles encuestados le duele hablar de su animal fallecido
Halloween a pesar de muchos ya se ha asentado en muchas de nuestras tradiciones. De todas las maneras en España y en la mayor parte de países de tradición cristiana se celebra el Día de Todos los Santos, una festividad que sirve para rendir homenaje a los seres queridos que dejamos atrás. Coincidiendo con estas fechas Wamiz, uno de los portales líderes de información sobre animales de compañía, ha realizado una encuesta a nivel europeo sobre el duelo ante la perdida de nuestros animales. Según este estudio, los propietarios de animales en España han demostrado con sus respuestas hasta qué punto los animales juegan un papel fundamental en sus vidas.
Los 10.000 dueños encuestados coinciden en algo muy importante: perder a un animal de compañía es tan doloroso como perder a una persona. El 90% de los propietarios de gatos y/o perros asegura que el dolor que se siente al perder a su animal de compañía es semejante al de perder a una persona de nuestro entorno. Todos los países están de acuerdo en este punto.
Los propietarios acompañan a su animal a lo largo de toda su vida y en su último suspiro, comparten su dolor en las redes sociales y conservan recuerdos de sus mascotas más allá de las fotografías: juguetes, mechones de pelo o el dibujo de sus huellas. Como si se tratase de un humano, guardamos recuerdos de nuestros animales queridos. Los datos de Wamiz también demuestran que el 70% de los propietarios españoles guardan recuerdos ‘físicos’ de sus animales, frente al 90% de los franceses. La mayoría de ellos decide guardar fotos o un poco de su pelo, pero también hay quien guarda su ropa, su placa, su cama, sus bigotes, su collar, su comedero, su cepillo, sus colmillos o su manta. El mejor recuerdo que algunos de los encuestados han guardado de su animal fallecido es un cachorro de su animal.
Pese a su amor por los animales, el 42% de los españoles encuestados ha reconocido que fue tan duro perder a su animal que no pudieron recibir a otro. Así, solo el 58% de los encuestados optó por tener otro animal tras la muerte del último. De hecho, tan solo un 21% de los españoles adoptó o compró otro animal sin esperar, en el mismo mes en el que el último falleció.
En el caso de los propietarios franceses, polacos, italianos y, sobre todo, los alemanes, son más discretos a la hora de hacer público su luto en las redes sociales. Los españoles y los británicos son los europeos que más comparten su dolor en redes sociales. De hecho, uno de cada dos decide publicar un mensaje para compartir su duelo con la comunidad web.
Tradiciones diferentes
Los datos muestran que dos de cada tres franceses incineran a sus mascotas, ya sea en una incineración colectiva o individual. La mayor parte de los británicos también (el 73%). Sin embargo, tanto en España (65%) como en Polonia (75%), Italia (61%) y Alemania (53%) los propietarios deciden enterrar a su mascota. Los animales son nuestros seres queridos, y su muerte nos afecta como tal. Los polacos, franceses, italianos, alemanes, británicos y españoles coinciden en que la baja laboral por pérdida de un animal de compañía debe existir. Eso sí, los porcentajes van desde el más alto, en Reino Unido con un 98% de respuestas positivas a la pregunta, hasta el 60% de Francia.
La mayor parte de los españoles entierran a sus mascotas en su jardín u otros lugares, ya sea por elección o tradición. Menos del 10% confiesa que es porque “no sabían que otra cosa hacer o no tenían los medios para la incineración”.
¿Clonarían?
La encuesta muestra que muy pocos propietarios de las mascotas querrían clonar a sus animales muertos. Aquí, un 10% de franceses y un 33% de polacos ocupan los extremos. España está más cerca del pensamiento polaco, con un 30% de españoles que quisieran tener la oportunidad de clonar a sus mascotas . Por último, un 50% de polacos y españoles quisieran dar el último adiós a nuestros amigos de cuatro patas en una ceremonia o rito parecida a la que se realiza con los humanos. Italia es el país que menos se identifica con esta posibilidad, con un 38%. Quizás, si la gente comprendiera lo intenso y fuerte que es el vínculo entre un perro y su dueño, se entendería mejor el dolor que se siente con su pérdida. No es de extrañar que a uno de cada dos españoles encuestados todavía le duela hablar de su animal fallecido. Más del 80% asegura, además, que hablar del duelo con personas que no poseen perros ni gatos es más difícil.
Hasta que les llegue su hora hay que hacer a nuestras mascotas partícipes de nuestras celebraciones (eso sí, sin exageraciones y estridencias). Disfraces, golosinas, alimentos con calabaza y complementos terroriríficamente divertidos han llegado a España para integrar a nuestras mascotas en la celebración de Halloween. Así, Tiendanimal, acaba de presentar su colección de productos acordes con esta celebración para nuestros fieles amigos. En estas fechas, unas de las más señaladas para pasarlo bien con familia y amigos, es cada vez más frecuente que las mascotas –como miembros integrados en la familia– adquieran una creciente participación en estos eventos gracias al surgimiento en el mercado de objetos y alimentos adaptados a ellas especialmente para celebrar un evento tan particular como es la víspera del Día de Todos los Santos, secundada por la mayor parte de la sociedad española exportada directamente de la cultura anglosajona. Al igual que todos nosotros, las mascotas ya pueden disfrutar de las experiencias más importantes de este escalofriante día: desde pelucas adaptadas para ellos hasta camas y arneses con estampado de calaveras, pasando por huesos con sabor a chocolate o terroríficas decoraciones para acuarios. Todo ello acompañado, por supuesto, de la compañía de la familia para disfrutar los unos de los otros. Ya no se trata de vestir un perro con una camiseta que tenga pintado un esqueleto fluorescente o de coloca a un gato un arnés con unas alas de murciélago; es la capacidad e intención de demostrar el amor a nuestros animales como un familiar más celebrando con ellos los eventos sociales más importantes al igual que lo hacemos con el resto de nuestros seres queridos.
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