¿Se hace pis su mascota en casa?
Perros y gatos se educan con cierta facilidad a la hora de hacer sus necesidades. En el exterior o en su arenero. Sin embargo, en ocasiones surgen problemas miccionando en lugares inadecuados
¿Las causas? Como veremos pueden ser diversas. Será necesario identificar la raíz del problema con vistas a su solución. En ocasiones, el perro y el gato podrían estar consumiendo ingentes cantidades de agua. Podrían estar duplicando o incluso triplicando las necesidades habituales en consumo de agua. «Beben demasiada y no aguantan. Hacen un pis grande. Se agacharan con gesto sumiso, muy al contrario al marcaje territorial, en el cual, levantan la pata y orinan contra la pared u otros enseres», comenta el veterinario Javier Álvarez de la Villa , del madrileño Centro Veterinario Víctor de la Serna. Por su parte, los gatos sometidos al estrés de tener que eliminar grandes cantidades de orina, perderán su hábito higiénico de acudir al arenero y elegirán otros lugares inadmisibles para sus propietarios como sofás, camas, alfombras.
Diferentes patologías
Como se puede apreciar este desorden del comportamiento eliminatorio es secundario al exceso de ingestión hídrica, al mismo tiempo que ese exceso, podría estar motivado por distintas patologías. La diabetes Mellitus, la diabetes insípida periférica y central, pielonefritis, piometra, insuficiencia renal y síndrome de Cushing, son algunos ejemplos. Lo más recomendable es que ante la primera señal de alarma acudir al veterinario con el fin de que este diagnostique, trate y subsane de manera consecuente el problema de la micción no apropiado. Javier Álvarez de la Villa aconseja que «si observa que su gato o perro bebé mucho, será muy probable que tenga un problema patológico y finalmente desemboque en un descontrol de esfínteres».
Se da la circunstancia de que otros perros y gatos beben normalmente; pero sin embargo se hacen pis en casa. Podrían estar realizando lo que se conoce como «marcaje territorial», en especial, si no están castrados. La eliminación, en este caso, no irá precedido del gesto compungido y en el suelo. Lejos de eso, eligen muebles, paredes, cortinas. En el caso de los perros levantarán su pata, y en los gatos su cola, antes de «pulverizar».
Es decir, que la ubicación de la orina y el lenguaje corporal, serán definitivos a la hora del diagnóstico de este patrón inadecuado eliminatorio. Otro problema frecuente, sobre todo en perros es la alteración prostática. Los machos enteros al hacerse mayores, podrían presentar crecimiento prostático y dificultades en la micción. El caudal urinario disminuye -conocido como estranguria- y aparece dificultad miccional -disuria-. Estos ejemplares se sienten incómodos y pierden los hábitos higiénicos. La orquiectomia (castración) será el tratamiento más adecuado...
...y en los gatos y ejemplares ancianos
La cistitis idiopática felina es frecuente. Muchas veces unida a cristales y orinas muy saturadas. Los afectados dan señales de incomodidad, acuden más de lo habitual a su cajón y, en ocasiones, descargarán fuera del mismo. Frecuentemente se produce obstrucción total, con cuadros graves de insuficiencia post renal. Por último, en animales con edades avanzadas pueden alterar sus hábitos higiénicos. Unos se mueven con dificultad, otros no aguantan las 8 horas preceptivas hasta los paseos, y otros presentan desorientación y olvido de conductas aprendidas compatibles con disfunción cognitiva senil.
Plan de reeducación
Poría ser que ya estuvieran castrados. «En ambos casos, será necesario reeducar este comportamiento y aconsejable siempre la castración cuando son machos enteros», comenta Javier Álvarez de la Villa. En los gatos, el desarreglo emocional tiene que ver, en ocasiones, con el sustrato (el tipo de arena elegida). Un cambio de arena podría desencadenar el rechazo de nuestro grato. Como vemos, son delicados en este aspecto, y otros cambios y situaciones podrían alterar su normal educación de esnfínteres. Obras en el hogar, areneros ubicados en lugares inapropiados, escaso número de areneros en relación al número de gatos, y otras situaciones que «los confunden».
En definitiva, son muchos los factores que pueden involucrarse en la alteración de los hábitos higiénicos de nuestros animales de compañía. Será preciso diagnosticar, descartando causas patológicas o tratando las mismas, si existieran. En los casos de alteración de conducta, sin enfermedades asociadas, se pondrán en marcha las perceptivas modificaciones de la reeducación de conducta.