Un frío de gatos
Salvo los llamados desnudos, su pelaje, aunque haga pensar que el frío no les afecta, la realidad es bien distinta: los gatos pueden tener frío y en situaciones extremas, pueden incluso sufrir hipotermia e incluso congelación
No hay nada más cálido y apacible —en el mundo de los animales de compañía— que ver a un gato acurrucado en su cesto o entre los cojines de nuestro sofá. También hay algunos «osados» que incluso cuando el frío aprieta se pasan las horas muertas sobre el radiador . No hay que olvidar que los mininos a imagen y semejanza de las personas, son animales de sangre caliente. Esto quiere decir que pueden mantener su temperatura constante a pesar de los cambios de temperatura. Los gatos disponen de una serie de mecanismos para hacer frente tanto al frío como al calor. Pero estos como todo tiene unos límites y ante situaciones climática extremas —como la presente que estamos padeciendo— no son suficientes para mantener la temperatura. Si no se controla puede tener consecuencias graves y hasta incluso letales para el animal. Cada animal de sangre caliente tiene una zona de neutralidad térmica y en el caso de los gatos está entre los 30 y los 38 grados. Esto viene a decir que en pleno invierno la temperatura de la mayoría de nuestros hogares —salvo de las zonas de clima benévolo como las Canarias o zonas de Levante y Andalucía— está por debajo de esas medidas. Según veterinarios consultados, «cuando la temperatura externa es más baja que la neutralidad térmica, los gatos y su instinto felino empiezan a reaccionar con algunos mecanismos de defensa que le ayudan de alguna manera a mantener de manera constante su temperatura corporal».
Un lugar en el que cobijarse
Disponer de un lugar donde resguardarse y una buena alimentación ayudan a que nuestro gato aumente su tolerancia para hacer frente a las bajas temperaturas. De esta manera si queremos saber si nuestro gato tiene frío no hay que basarnos en lo que diga el termómetro; sino más bien observado las reacciones del animal. Un ejemplo claro es si lo vemos acercarse más de lo habitual al radiador o a una fuente de calor de la casa. Además se da la circunstancia que como a los humanos, cada ejemplar puede ser más caluroso o más friolero. A la pregunta de ¿Cómo reaccionan al frío los gatos? Podemos decir, sin lugar a dudas que cada gato es un mundo. Entre las formas de reacción la más evidente es cuando el animalito busca, como decimos fuente de calor. Escogen sus lugares de descanso cerca de radiadores, chimeneas o buscando -si hace sol- algún rayo que entre por una ventana cercana. Otros de sus lugares favoritos son rincones o recovecos mullidos para allí acurrucarse. Estos lugares son nuestros sillones o sofás. También puede ser su cesto en el que dormita habitualmente eso si, si está cerca de una fuente de calor. Se han dado algunos casos en el que para protegerse de las bajas temperaturas se esconden bajo una manta o dentro de un armario. Una forma de cercioramos de si nuestro «lindo gatito» tiene frío basta con tocarle la punta de las orejas, las almohadillas y la extremidad de la cola si las tiene más frías de lo normal.
Camas calentitas y comida
A ellos como a nosotros les gusta estar calientes y más en estas fechas. Hay algunos que piden un poco más de calor con su ronroneo. Además de su habitáculo habitual (ceso o cojín) existen en el mercado camas calefactoras para gatos, hamacas para colocar en el radiador. Una forma natural de que nuestros gatos no pasen frío es en esos días de invierno abrir las cortinas para que entre el sol y colocar en ese lugar su cama o como otros llaman cuna. Las camas para gatos pueden ser térmicas o calefactoras, que emanan calor gracias a circuitos seguros. El funcionamiento de estas camas es similar al de las mantas eléctricas que usamos los humanos, y vienen en distintos formatos. Así en www.tiendanimal.es podemos encontrar una almohadilla calentador para mascotas sin cables (14,99 €). Su nombre difícil de pronunciar Snugglesafe se calienta en el microondas. Muy fácil de usar. Este producto da calor durante unas 10 horas, sin necesidad de cables o bolsas de agua caliente. Está garantizada la seguridad del animal. Además está diseñado a prueba de rasguños y mordeduras y no es tóxico para su mascota. Es muy útil para mascotas pequeñas que pierden calor fácilmente como cachorros o gatitos recién nacidos; así como adorables vejetes o aquellos animales con problemas articulares. Esta singular almohadilla les permite descansar abrigados incluso en noches muy frías manteniendo su temperatura corporal estable. Su modo de empleo es muy sencillo: coloque la almohadilla en el microondas durante cinco minutos, dependiendo de la potencia. Luego retírelo y simplemente introduzcalo en su funda de lana incluida. Puede ponerlo debajo del colchón o de su cojín y le mantendrá caliente durante 10 horas. La funda es lavable y viene en estampadas y colores tan variados como divertidos. Hay que tener en cuenta que la almohadilla no debe usarse sin este aislamientos, sobre todo en animales de movilidad reducida. Manta térmica Confy con funda intercambiable (16,99 €) en Zooplus. Hecha de peluche con aspecto de lana la convierte en el lugar favorito de su mascota con una temperatura de 30º. En épocas frías esta manta se puede incorporar a la cama de su mascota. Es fácil de usar, solo hay que enchufarla. El cable está protegido; pero es conveniente vigilar a la mascota y evitar que lo muerda jugando con él. Trixie ofrece esta divertida hamaca semicircular para radiador (22,99€). Esta le ofrece a su gato un sitio más protegido y con un borde más elevado para apoyar la cabeza que las hamacas convencionales. Además, incluye un cojín reversible y que se puede extraer de felpa y relleno de vellón de poliéster para su mayor comodidad. La estructura de metal cuenta con un soporte ajustable para que se pueda adaptar la hamaca en todos los radiadores convencionales. Tanto el cojín como el relleno se pueden lavar, el primero en lavadora y el segundo a mano. Por último hay que saber que el frío despierta el apetito. Según veterinarios consultados uno de cada cuatro gatos come más en los días en el que el frío invierno nos visita. En ningún momento hay que descuidar la alimentación de nuestros gatos; pero en estas fechas hay que fijarse un poquito más. Lo debe hacer de una forma equilibrada.
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