Envenenamientos en perros y gatos: un peligro real
Nuestras mascotas, sobre todo perros y gatos, son de naturaleza curiosa. Siempre quieren oler o probar lo que encuentran para conocerlo. A veces esta curiosidad puede ser peligrosa. ¿El motivo? En su afán investigador pueden comer cosas que son perjudiciales para ellos
Su perro podría encontrarse un cebo envenenado . Cebo colocado a propósito para conseguir un fin delictivo de eliminación de su inocente y fiel compañero. Este supuesto es una realidad, por desgracia, frecuente. Realidad muy peligrosa y aterradora. Cientos de animales domésticos y salvajes sucumben cada año fruto de la barbarie de mentes trastornadas. El delincuente prepara el veneno de manera concienzuda. La presentación ha de ser lo más atractiva posible para nuestros perros y gatos. Entonces mezcla la sustancia tóxica ( o incluso alfileres) con alimentos muy apetitosos . El segundo paso lo lleva a colocar el cebo en lugares adecuados. Debajo de éste o aquel arbusto. Ahí el dueño no lo ve , pero sí su intrépido e inocente compañero de paseo. La mayoría de los perros y gatos, no son conscientes del peligro y lo ingieren ávidamente. Entonces, en poco tiempo, suelen presentarse síntomas de intensidad y gravedad inusitada. comenta el veterinario Javier Álvarez de la Villa, del Centro Veterinario Víctor de la Serna.
Lugares comunes
Desgraciadamente, ciertos lugares se hacen famosos . Rincones de parques e incluso calles donde el delito se ha repetido de manera periódica. Así que se podría establecer un mapa de actuación que ubicará, al menos, al peligroso infractor.
Será necesario estar atentos . Evitar que nuestros perros deambulen, husmeando y buscando para ingerir lo que encuentran. Los gatos que tienen acceso al exterior también están en riesgo ; hemos de controlar sus salidas. «Un veneno muy frecuente son los insecticidas (carbonato, órgano fosforados). Sus efectos, cuando son ingeridos, mezclados con alimentos a elevadas dosis , devastadores. En pocos minutos la víctima comenzará a babear profusamente. Seguidamente las arcadas se suceden de manera angustiosa. El organismo intenta librarse del tóxico y vomita. Vomita una y otra vez , pero el tóxico ya se ha absorbido y el animal envenenado se aproxima a un fin inexorable , sólo es cuestión de tiempo. Por tanto, ante síntomas tan marcados, la alerta es más que evidente», comenta el veterinario Javier Álvarez de la Villa, del Centro Veterinario Víctor de la Serna . ¿Su consejo? Acudir sin demora a su centro veterinario habitual.
Acción rápida
En la clínica la actuación será inmediata. No hay tiempo que perder. El veterinario reconocerá al paciente. Presenta miosis ( contracción pupilar extrema que no responde a la luz ), respira con dificultad pues sus bronquios están contraídos, está muy deshidratado , el estado de conciencia muy disminuido, la frecuencia cardíaca podría disminuir de manera alarmante, o en otros casos,por el contrario, presentarían taquicardia extrema. Es preciso salvarlo. Es fruto de un delito, de una mente destructiva. No se lo merece.
«La eliminación del tóxico toma prioridad. Si no ha vomitado, lo haremos vomitar. Un medicamento específico, en la dosis exacta, producirá el deseado vaciado gástrico», asegura el veterinario consultado. Pero como comenta Álvarez de la Villa, «no hay tiempo, la vida se escurre huidiza entre los dedos y, por tanto, instauramos medidas de soporte vital. Un obligado catéter intravenoso estará colocado desde el principio, suero abundante, pues el animal podría entrar en shock, antídotos contra el veneno».
Carrera hacia la vida
Un veterinario experimentado podrá intuir la familia del tóxico a través de los síntomas. En ocasiones hay antídotos que suprimen la acción del veneno, y entonces, los emplean. Continúa la carrera hacia la vida, el corazón amenaza con pararse y de 120 ppm ,apenas está en 30ppm, es necesario acelerarlo farmacologicamente hasta que el afectado pueda mantenerlo por sí mismo.
Respira mal, no oxigena... será necesario ofrecerle un ambiente rico en oxígeno ( jaula de oxigenación). Su temperatura ha disminuido , tiene frío, tiembla. Le damos calor. Calor en forma de suero atemperado, de mantas térmicas, pero también en forma de amor. Ya está un poco mejor y entonces continuamos con el intento de eliminar lo ingerido. Podría estar en el intestino. Le ofrecemos absorbentes . El veneno se puede adherir a los mismos y no seguir pasando a sangre. Lo laxamos suavemente para promover una defecación liberadora .Ya está mejor . Su carrera hacia la vida prosigue. Han pasado unas horas angustiosas, y la muerte, que antes circulaba a la par ,va quedando atrás, rezagada. El delincuente, el destructor de felicidad y vida, no se saldrá con la suya, al menos en esta ocasión.
El mal no descansa
Otros venenos famosos, por la macabro de su puesta en acción y lo frecuente de su utilización, son los raticidas. Promueven hemorragias internas a los roedores, pero también a los perros y gatos, y ojo al dato!,a los niños. La sangre brota hacia el exterior. Sangrado nasal de origen respiratorio, sangrado oral de origen digestivo, sangrado fecal. Pero también se desangran por dentro. Las mucosas del ojo y la boca ya no lucen sonrosadas ;por el contrario, aparecen pálidas, blancas y frías. Nuevamente el reloj impone su tiempo. Tratamiento enérgico inmediato o muerte. En este caso existe antídoto, la fitomenadiona. Al tiempo que se administra, las otras medidas se ofrecen sin demora.
Calor, oxígeno, promover el vómito, y en muchas ocasiones, transfusiones sanguíneas . Ojo con los raticidas: Son mortales. Muchas veces no es un delincuente quien los ha manipulado a propósito, si no una persona que persigue una desratización. La lucha contra plagas de roedores debe ser llevada a cabo por servicios profesionales, que colocan los cebos en lugares seguros e inalcanzables para mascotas y niños . La estricnina. ¿Recuerdan aquel programa de Félix Rodríguez de la Fuente? Se moría el roedor que ingería el cebo envenenado, luego el zorro que ingería al roedor, después el buitre atraído por el cadáver del zorro y , finalmente, las aguas que recogían el veneno. Funesta cadena.
¡Qué barbarie de pensamiento destructivo! Pues el veneno, prohibido, todavía está en manos de algunos desalmados que lo siguen utilizando. Lo emplean contra animales salvajes, contra la naturaleza a la que contaminan y contra animales de compañía. Lo emplean contra la propia sociedad en la que conviven «camuflados como ciudadanos normales». No lo son, y la Ley es inflexible, punitiva y muy seria contra estos delitos. Cuando salgan con su mascota de paseo, ¡ándense con cuidado!