El corazón de Sajmir vuelve a Albania tres años después de su muerte

El Gobierno albanés le practicará una prueba de ADN para ratificar que es el del hombre fallecido

¿Dónde está el corazón de Sajmir? Albania acusa a España de tráfico de órganos

Sajmir Sula en una foto cedida por la familia

Esther Armora

Barcelona

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Tras tres intensos años de litigio y reclamaciones del Gobierno de Albania a la Justicia española, el pasado miércoles el corazón de Sajmir Sula, el ciudadano balcánico fallecido en España en 2020 que fue repatriado a su país sin el órgano, fue entregado a las autoridades albanesas. Una comisión de expertos del país de los Balcanes se desplazó a primera hora de la mañana a Barcelona para el cometido. Les citaron en el Instituto Nacional de Toxicología para entregarles el órgano.

La hermana de Sajmir, Majlinda Sula, y los representantes legales de la familia, de la asociación el Defensor del Paciente, debían estar presentes y estaban invitados y autorizados a hacerlo por la propia responsable de la Fiscalía de Tirana (Albania), Arens Cela, tal como ha podido comprobar ABC, pero a última hora y, ante su sorpresa, se les denegó esa posibilidad «sin darnos explicaciones».

Según denuncia Majlinda, las autoridades de Albania le enviaron una carta el pasado día 6 de julio invitándola a ella y a sus representantes legales a ir a la capital catalana para «estar presente en el procedimiento de la recogida y repatriación del corazón» y le pidieron documentación personal para autorizarla. Sin embargo, según afirma, «al llegar allí nos dijeron que había habido un problema que no les constaba que estuviéramos autorizados y, sin más explicaciones, nos hicieron esperar fuera unas cinco horas». Los representantes del país balcánico recogieron el órgano para trasladarlo a Tirana por vía terrestre (se calcula que son unas 27 horas de trayecto). Una vez allí, está previsto que dentro de unos días le practiquen las pruebas de ADN para determinar que efectivamente pertenece a Sula, ya que el gobierno albanés denunció por la vía penal un posible caso de tráfico de órganos.

Sajmir Sula, de 31 años, falleció el 9 de mayo de 2020 en Barcelona. Le llevaron al Hospital del Mar con fiebre y un cuadro compatible de Covid-19. Era un momento álgido de la pandemia; por lo que le realizaron un test de antígenos, que salió negativo. Aun así, quedó hospitalizado. A la mañana siguiente, el joven albanés quiso abandonar el hospital y, al impedírselo, sufrió una crisis de ansiedad, que los médicos relacionaron con la esquizofrenia que tenía diagnosticada.

Para tranquilizarlo, le suministraron un un antipsicótico, pero aún así, tuvo que ser reducido por los agentes de seguridad del centro. En este trance, sufrió una parada respiratoria y murió. Mientras eso ocurría, Majlinda hacía tiempo fuera del hospital para recogerlo y regresar a la casa que ambos compartían desde hace años en la capital catalana.

No imaginaba que no volvería a verlo con vida. Cuando le avisaron, sobre las 17.00 horas, entró en el hospital y le condujeron hasta su cadáver. «Fue terrible. Horas antes me había llamado diciendo muy alterado que le sacara de allí, que allí le mataban», denunció entonces la joven, que regresó a su país. La familia de Sajmir emprendió una cruzada para esclarecer las causas de su muerte.

Una tortuosa travesía que acabó en pesadilla

Fue el inicio de una tortuosa travesía que se convirtió en pesadilla cuando, al repatriar a Albania el cuerpo del joven, vieron que le faltaba el corazón. Lo reclamaron insistentemente y el 27 de mayo de 2021 se les envió el informe hispatológico del supuesto órgano. Las fechas no coincidían. Según consta en el documento, consultado por ABC, el análisis del corazón se inició el 22 de abril, 17 días antes de la muerte de Saimir.

Las sospechas de la familia de que «había algo raro» en la muerte de su hermano, lejos de desvanecerse, aumentaron. ¿De quién era ese corazón?, ¿dónde está el de Sajmir?, y ¿por qué no advirtieron a los familiares de que se repatriaba el cuerpo sin el órgano? La familia «no parará» hasta tener respuesta a estas preguntas. Para esclarecer las circunstancias de la muerte, Majlinda acudió a la Audiencia Provincial de Barcelona, que archivó la causa. El juez consideró que no había pruebas de que la contención que se realizó al joven albanés le causara la muerte, y se negó también a realizar la prueba de ADN al corazón del joven, tal cómo solicitaron los abogados de la familia.

En su último auto, de 21 de marzo de 2023 y consultado por este diario, la Audiencia Provincial de Barcelona mantiene que «en el informe médico de 15 de junio de 2022 se concluye que las asistencias médicas realizadas al finado se ajustaron a la normopraxis médica tanto en el estudio y tratamiento del cuadro febril por el que acudió a urgencias, como en el tratamiento de la agitación psicomotora y en el tratamiento por la parada respiratoria sufrida«. Reconoce, no obstante, que la contención aplicada fue »causa intermedia con influencia de otras causas«. Fuentes del Hospital del Mar consultadas por ABC remiten al archivo de la causa, que descarta las maniobras de contención como motivo de la muerte y aseguran que en el hospital no se le realizó la autopsia.

Sin embargo, las autoridades de Albania decidieron reactivar el proceso a través de la Fiscalía del Tribunal de Primera Instancia de Tirana y reclamaron respuestas al Gobierno de España. La familia, representada por el abogado Carlos Sardinero, ha mantenido durante el procedimiento que se ha roto la cadena de custodia del corazón, pues fue separado del cuerpo hasta el punto de que los restos mortales fueron repatriados a Albania sin el corazón, ni indicación de su paradero, para su desconcierto y también de las autoridades albanesas, que decidieron tomar cartas en el asunto. El 7 de octubre de 2020, el Instituto de Medicina Forense de Albania realizó un informe en el que manifestó que «en ausencia de la exploración del corazón, no podemos determinar la causa de la muerte».

En este sentido, la Fiscalía del Tribunal de Primera Instancia de la capital de Albania registró un procedimiento penal por un presunto delito de compraventa ilegal de órganos previsto en el art. 89 del Código Penal Albano. Dirigió, asimismo, una comisión rogatoria solicitando auxilio judicial a las autoridades judiciales españolas, en dos oficios que se hicieron en febrero de 2021 y en abril de 2022. En los dos procedimientos se pedía que se remitiera el corazón a Albania o, en caso de que no fuera posible, se le practicara una prueba de ADN.

En todo momento, la familia se ha mantenido firme en su lucha. «El corazón de mi hermano igual late en otro cuerpo, o se ha ocultado porque es un libro abierto que demuestra de qué murió», dice Majlinda. El análisis del material genético del órgano disipará finalmente sus dudas.

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