La mejor generación de España

Yaiza Canosa, 28 años, fundadora de Goi: «La gran pregunta es cómo esquivamos a los imbéciles»

Salvador Sostres

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La mujer total. Valiente, inteligente, agradecida y apasionada de su trabajo, Yaiza Canosa manda, aprende, mejora la vida de sus trabajadores con la tecnología y la audacia, y la de sus clientes ofreciendo un servicio preciso y al detalle. Mi estrella Yaiza.

-Oye, Yaiza, que dicen que por ser joven eres pobre, víctima e idiota.

-No sólo por ser joven. Esto es lo que la gente atribuye al 90%. Como si en general estuviéramos condenados a no crecer, a no mejorar, a ser unos idiotas. Como si la vida fuera para los demás, y no para ti. Son mediocres tratando a los demás de mediocres.

-También dicen que sois la primera generación que viviréis peor que vuestros padres.

-Hay precariedad y cuesta hoy más que entonces comprarse una casa, pero ésta no puede ser la única vara de medir. Tenemos mejor calidad de vida, más acceso a la cultura, menos techos de cristal. Podemos aprender y mejorar mucho más que antes.

-Comprar una casa.

-Es demasiado simple medir nuestras vidas por si a los 25 años ya hemos comprado una casa o hemos sido padres. Igual ahora es más difícil tener una hipoteca pero nuestros padres tuvieron que hacer muchos más sacrificios y vivir en mucha precariedad. Nada que ver con el mundo al que hoy podemos acceder y construir.

-¿Qué es lo peor de ser hoy joven?

-La forma de educarnos, de casi adiestrarnos. Nos hace tener un pensamiento limitado, categórico, conformista, que no favorece que pensemos, que crezcamos, que mejoremos.

-¿Qué necesitas?

-Un sistema que inculque valores y herramientas que no nos condene a ser como somos ahora.

-¿Cómo somos?

-En lugar de querer imitar al rico, le envidiamos, le criticamos y no paramos hasta dinamitarlo.

-Es la naturaleza humana.

-No creo que sea tanto bondad o maldad, sino un sistema que enseña a envidiar y a odiar, a que la meritocracia es bajar al de arriba y no subir tú. Esto es lo que más nos limita.

-¿Ser mujer te ha perjudicado?

-Sí. Y yo soy feminista y hay mucho que hacer. Pero todos tenemos problemas, pero no por ser lo que somos, sino porque en el mundo hay imbéciles que ponen pegas y dan problemas.

-Y siempre los va a haber.

-La pregunta no es si soy mujer o negra o lesbiana. La gran pregunta es qué hacemos con lo que somos y cómo esquivamos a los imbéciles.

-Yaiza, no estás ni remotamente cerca de saber lo que estoy disfrutando con esta entrevista.

-A veces pienso que el éxito en la vida se resume más en esquivar a los imbéciles que en hacer muchas cosas bien. Esquivar a los que no aportan.

-Creaste tu primera empresa a los 16 años, en Galicia.

-Era una empresa de tecnología aplicada al audiovisual. Era como convertir al espectador en guionista.

-Datos.

-Con la información que teníamos de los usuarios creamos un algoritmo que vendíamos a las plataformas para que supieran cómo eran y qué querían sus clientes y lo tuvieran en cuenta a la hora de elaborar sus contenidos.

-¿Todo esto lo hiciste sola?

-No, tuve la idea y busqué por internet qué tipo de empresa me podía ayudar a desarrollar el proyecto. Escribí a 5, me contestaron 2, y 1 creyó en mí y lo hicimos.

-Luego vendiste la empresa.

-Sí, y me mudé a Barcelona porque me ofrecieron un puesto de ejecutiva en una productora.

-Aprendiste.

-Pero me di cuenta de que lo mío no era trabajar para los demás.

-A los 21 años te mudaste a Madrid.

-Y creé Glue, una consultora tecnológica y de espacios de coworking. La vendí hace un año y medio.

-A los 26. Pero tres años antes habías ya fundado tu gran apuesta.

-Goi. Un operador logístico de tecnología aplicada, centrado en el producto voluminoso. Vi que los grandes operadores como SEUR o DHL no trabajaban el producto voluminoso.

-Sólo empresas locales.

-Sin red nacional, ni tecnología, ni estar profesionalizadas. Yo me convertí en el primer operador especializado en este producto, y con tecnología.

-500 empleados.

-En la oficina somos casi 100 y luego una red de 400 transportistas.

-Inversor capitalista.

-Ha entrado un fondo con 17 millones de euros, pero yo soy la accionista mayoritaria y la que manda, y el día que no sea así, me iré.

-¿Cómo llegaste a este sector? Es la antítesis de lo sexy para emprender.

-Tuve una mala experiencia como usuaria y yo quiero solucionar las cosas, no buscarles el atractivo.

- Además .

-Los sectores de grandes volúmenes, poco digitalizados y fragmentados me atraen mucho, precisamente porque hay mucho que hacer.

-Pero no tenías ni idea de logística.

-Estudié y aprendí.

-¿Cuál es el siguiente paso?

-No lo sé, porque estoy absolutamente enamorada de mi actual proyecto. Junto a mis sobrinos y mis hermanos es el gran amor de mi vida. Siento una auténtica pasión por lo que hago y por lo que queda por hacer.

-Es por personas como tú que merece la pena vivir.

-Me llena ver cómo impacto en la gente. Cómo mi trabajo mejora el mundo. Es muy adictivo. Y hay días que son una mierda, pero también esos días creo en lo que hago.

-¿En qué mejora tu trabajo la vida de los demás?

-La tecnología mejora la vida de mis empleados y de sus familias. Mejoran los salarios, se ajustan mejor los horarios. El orden en los procesos elimina el caos y el estrés y todos podemos trabajar más a gusto. Hay medición, procedimientos, método, en un sector que antes no estaba profesionalizado.

-También en los clientes.

-La precisión en el servicio es fundamental. Mi lema es que no muevo cosas sino historias. Si la cama no llega a tiempo, seguramente alguien va a tener que dormir en el suelo.

-Luego está la gente de la vacación, del desconectar y del «tiempo para mí mismo».

-Donde más aprendo es trabajando, no soy feliz aislándome. Puedo no estar en la oficina, pero me gusta estar pendiente. Para mí sería perturbador apagar el móvil. Sería una tortura.

-¿Cuándo descubriste que eras rara?

-En el colegio. Si hubiera dicho lo que pensaba, nadie se habría sentado conmigo. Me autosilencié durante años para que el rebaño no me expulsara.

-Era lo mejor que podía pasarte.

-Es verdad, pero me di cuenta más tarde. Me dejé ser. Deseé que me expulsaran. Soy insoportablemente y creo que buena persona, aunque siempre en contradicción y en lucha con el mundo y conmigo.

LA MEJOR GENERACIÓN DE ESPAÑA

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