Seguridad vial
Un volantazo hacia la reinserción
Las cárceles españolas recuperan un programa que se estrelló en la crisis y que permite a miles de reos obtener el carné o recuperar los puntos perdidos
Ningún preso se ha evadido de la cárcel aprovechando el coche de autoescuela. La declaración del secretario general de Institutiones Penitenciarias, Ángel Luis Ortiz , tranquiliza. La duda había asaltado a algunos de los presentes en un acto celebrado ayer en la sede de la DGT de Madrid, abarrotada por un día de 57 funcionarios de prisiones. La estampa, algo insólita, obedecía a un motivo optimista: la recuperación de un programa que dará un giro a la formación en seguridad vial en «uno de los mejores sistemas penitenciarios» del mundo, comentó Bartolomé Vargas , fiscal jefe en la materia.
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El programa no es nuevo. Permitió entre los años 2009 y 2014 que 1.518 internos aprobasen sel examen téorico, y otros 494 el práctico. Y es que la oportunidad de ponerse a estudiar normas y señales dentro del presidio se había coartado por la crisis, que «se lo llevó por delante», apuntó el responsable de Tráfico, Pere Navarro . Ahora, en un nuevo (el séptimo) volantazo hacia la reinserción, se va a dar la oportunidad a todos los internos, los 50.800 que hay en estos momentos en las cárceles españolas, de recuperar puntos perdidos o examinarse del carné.
«Ningún preso ha aprovechado para fugarse con el coche de la autoescuela»
Por primera vez se les da la opción de obtener el permiso B para coches y también el A2 (para motocicletas con una potencia máxima de 35 kW). Cualquier recluso puede apuntarse, aunque está dirigido especialmente para los 1.200 condenados por delitos contra la seguridad del tráfico (que representan el 2,3% de la masa total de reos) y a quienes les servirá, aparte de para reconquistar la licencia perdida, para algo más: concienciarse del valor de la seguridad vial, dijo Ortiz. Y de la vida, porque 97 de ellos provocaron , por consumo excesivo de alcohol o imprudencia grave, el fallecimiento de una o más personas en su recorrido hasta la celda.
En los próximos meses veremos cómo los profesores de alguna autoescuela inscrita dentro de la Confederación Nacional (CNAE) se adentran en 45 prisiones del país. Llamativo fue que el vicepresidente de CNAE, Íñigo Montenegro , pidiese «ayuda» en el acto de ayer para que ninguno se extravíe o se cuele en dirección prohibida dentro de los centros penitenciarios.
Ese profesor se desplazará va rias veces a la semana para impartir clases teóricas. El test será realizado en la misma prisión bajo la supervisión de un examinador. Una vez superado, cada cárcel concederá al recluso diferentes permisos para que pueda realizar las sesiones prácticas, ya sea uno ordinario adaptado a las clases o bien «salidas programadas», que se otorgarán cuando aún no tenga permiso penitenciario. Alos interesados se les detrae 40 euros del peculio y deben pagar las tasas de examen y las clases, como cualquier ciudadano, así como el examen psicotécnico.
Como medida pionera se prevé que víctimas de accidentes de tráfico ofrezcan en primera persona su testimonio y se acerquen a quienes, tal vez algún día pasado, se cruzaron en su camino.