Visita a Egipto
«Todos conocen al Papa Francisco. Por una vez, los católicos somos conocidos en Egipto»
Egipto recibe con expectación y crecientes medidas de seguridad la visita del Papa Francisco a la capital cairota, de apenas 27 horas
En Egipto, el Papa Francisco es una figura casi superstar . «Baba Francis» para los católicos, una figura de unidad en la fe para los Ortodoxos y «el Papa de la paz» para los musulmanes en Egipto, que miran con expectación la frenética visita del Sumo Pontífice a la capital árabe. « Todos aquí conocen al Papa Francisco . Por una vez, los católicos somos reconocidos en Egipto», afirma entusiasmada Vivian, una joven cristiana católica copta. «Estoy contento de que venga, es un hombre de paz y Egipto es un país que sabrá recibirlo muy hospitalariamente», comenta Mohamed, un musulmán de mediana edad. Francisco aterrizará hoy en el aeropuerto cairota para, en apenas 27 horas , reunirse tanto con el presidente Abdelfatah Al Sisi como con el Papa Copto ortodoxo Teodoro II y el Gran Imán de Al Azhar , centro de referencia del islam suní. En las calles, numerosos carteles con el rostro sonriente del Papa católico flanquean las principales arterias cairotas repitiendo el mantra de este viaje apostólico: «El Papa de la paz en el Egipto de la paz».
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Los atentados contra dos iglesias coptas el pasado Domingo de Ramos, reivindicados por el grupo terrorista Daesh y que se cobraron las vidas de 46 personas, no han amilanado al Pontífice. «El hecho de que el papa haya confirmado es un mensaje para la nación egipcia: la cancelación del programa habría dado la impresión que el terrorismo prevalece», ha declarado el patriarca católico de Alejandría, Ibrahim Isaac Sidrak .
Crecientes medidas de seguridad
Aunque Francisco utilizará finalmente un coche cerrado, que no blindado, durante su recorrido por El Cairo por expreso deseo del pontífice, el Ministerio de Interior egipcio ha redoblado sus esfuerzos en materia de seguridad : al menos trece personas han sido detenidas en los últimos días bajo sospecha de preparar nuevos atentados contra la comunidad cristiana, y la presencia policial se ha multiplicado en las calles aledañas a la Nunciatura apostólica en Zamalek, donde se alojará el Papa la noche del 28. La Policía ha realizado numerosos registros en casas del barrio y se ha prohibido el aparcamiento en determinadas calles.
En el último minuto la misa del sábado, que se iba a celebrar en un recinto cerrado en la capital, fue trasladada al Estadio de las Fuerzas aéreas, con capacidad para 25.000 personas . Este cambio fue motivado, según confirmó a ABC el Nuncio papal en Egipto, Bruno Musarò, por motivos de seguridad. «El Gobierno egipcio insistió, ya que se puede gestionar mejor a nivel de seguridad, y nosotros contentos, ya que así pueden asistir más personas». A la celebración de la misa en el estadio acudirán no sólo fieles católicos egipcios, sino también ortodoxos e incluso musulmanes, deseosos de escuchar al «Papa de la Paz», así como delegaciones civiles y religiosas. «Hemos organizado a cerca de 1.000 jóvenes para asistir a la misa. Como en las parroquias católicas egipcias somos tan pocos, muchos vienen de Etiopía o incluso Sudán», señala a este diario el padre John, párroco en una iglesia de Zamalek. La esperada llegada del Papa Francisco «no sólo está afectando a los cristianos, sino a todo el país», señaló por su parte a la agencia Fides el padre Antonios Aziz Mina, de Guiza.
«Es una visita el Gobierno de Al Sisi va a utilizar políticamente. Le viene muy bien hacerse la foto con el Papa, demostrando que Egipto es un país seguro y que además respeta a los cristianos , pese a los últimos atentados», señala a este diario el investigador del Centro para la Libertad religiosa del Instituto Hudson de origen copto Samuel Tadros. Miembros de una de las iglesias cristianas más antiguas del mundo , los coptos egipcios comprenden entre el 8 y el 12% de la población egipcia . Aunque siempre sujetos de discriminación en un estado que los trata como «ciudadanos de segunda» según activistas, en los últimos años la violencia contra este colectivo ha aumentado exponencialmente.
Egipto «tiene necesidad de constructores de puentes de paz», ha dicho el Papa
Los atentados de Daesh contra sendas iglesias egipcias son sólo el mayor ejemplo de otra violencia latente que termina estallando especialmente en zonas rurales, donde turbas enfurecidas de vecinos han prendido fuego a casas de cristianos, edificios de culto o linchado familias enteras, relata a este diario Anthony, originario de la provincia de Minya, donde se dan muchos de estos incidentes. «Egipto ha sido siempre un país modelo en la convivencia entre musulmanes y crisitianos, pero esa convivencia se ha quebrado en los últimos años », declaró a este periódico el Nuncio Bruno Musarò.
Egipto «tiene necesidad de constructores de puentes de paz, de diálogo, de fraternidad» , ha insistido el Papa, un mensaje que ha sido bienvenido desde Al Azhar, la más alta institución del islam suní. El Gran Iman de Al Azhar, Ahmed Al-Tayeb, inauguró el jueves una Conferencia por la Paz que ha congregado a numerosas personalidades religiosas, y donde ha insistido que el terrorismo «no viene de la religión, sino por la utilización política».
La visita del Papa es un espaldarazo para la cada vez más exigua comunidad católica copta, con apenas 250.000 – 300.000 fieles en un país de más de 90 millones. Mientras apunta su nombre en la lista jóvenes que acudirán a saludar al Papa en el balcón de la Nunciatura, Girgis se muestra entusiasmado, apenas le salen las palabras: «Estoy encantado de que vaya a venir a Egipto, y poder verlo. Es nuestro padre en la fe».