El Vaticano regresa a la transparencia publicando el primer balance parcial al cabo de cinco años

La Santa Sede tuvo un presupuesto de 318 millones en 2019, con déficit de 11 millones

El Papa Francisco en el Vaticano Reuters
Juan Vicente Boo

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Al cabo de dos años de escándalos financieros y cinco de opacidad total en cuanto a sus presupuestos, el Vaticano ha publicado este jueves el balance de resultados de la Santa Sede (la Curia vaticana), que ascendió a 318 millones de euros con un déficit de 11 millones, llamado a multiplicarse al menos por cinco en 2020 debido a la pandemia.

Los números relativos a la Santa Sede suponen solo el 35 por ciento de la actividad total, que incluye, además, el Estado del Vaticano (15 por ciento), fundaciones y fondos de pensiones (24 por ciento), banco del Vaticano-IOR (17 por ciento), Óbolo de San Pedro (6 por ciento) y otras partidas menores.

El nuevo prefecto de Economía, Juan Antonio Guerrero , ha manifestado que la Santa Sede -compuesta por la Casa Pontificia, las congregaciones, los pontificios consejos, las nunciaturas y los medios de comunicación- ha tenido en 2019 « ingresos por valor de 307 millones de euros y gastos por 318 , con un déficit de 11 millones».

Es un buen resultado si se compara con los 75 millones de déficit de 2018, pero destinado a empeorar mucho en 2020, pues el pasado mes de mayo se anunciaron previsiones de déficit que oscilarían entre los 68 millones de euros y los 146 según el impacto de la pandemia en los donativos y los gastos.

1.402 millones de euros de patrimonio neto

El jesuita español ha revelado igualmente que el patrimonio neto de la Santa Sede asciende a 1.402 millones de euros, dentro de un patrimonio conjunto de 4.000 millones de euros de todo el Vaticano. Naturalmente, no se incluye patrimonio invalorable que pertenece a toda la humanidad como, por ejemplo, la basílica de San Pedro o la Capilla Sixtina.

Entre los 307 millones de ingresos de la Santa Sede en 2019 destacan los rendimientos de inmuebles y títulos bursátiles por un montante de 164 millones de euros, el 54 por ciento del total.

Como principales ingresos le siguen 56 millones de euros de donativos de las diócesis y los fieles (18 por ciento); 44 millones de euros de actividades comerciales como visitas a las catacumbas, venta de libros, etc. (14 por ciento); y los 43 millones de donativos del Estado del Vaticano (que provienen de ingresos de los Museos Vaticanos) y del banco del Vaticano-IOR (14 por ciento).

La gran sorpresa aparece en los gastos , donde la principal partida, por 46 millones, se destina al Departamento de Comunicación , responsable de medios públicos como la antigua Radio Vaticana, L’Osservatore Romano, Vatican News, etc. cuya audiencia no se hace pública pero es bastante limitada.

La siguiente partida de gasto son las 125 nunciaturas y misiones permanentes de la Santa Sede, que consumen solo 42 millones de euros, una cifra muy sobria para esa extensísima actividad diplomática.

La Congregación para la Evangelización de los Pueblos, que se ocupa de los territorios de misión, recibe 22 millones de euros, mientras que otros 15 van a la Congregación de Iglesias Orientales, responsable de las de Oriente Medio, la mayoría en serias dificultades.

Resultan llamativamente modestos los gastos de la Biblioteca Apostólica Vaticana (9 millones) o de la Pontificia Comisión de Arqueología Sacra (4 millones), que custodian manuscritos, libros y catacumbas patrimonio de la humanidad.

Lo mismo sucede con la Pontificia Universidad Lateranense, la «universidad del Papa», que se sostiene con solo 7 millones de euros del presupuesto.

El Óbolo de San Pedro (donativos de los fieles) ascendió a 53 millones de euros

Aunque está fuera del balance de la Santa Sede, el Óbolo de San Pedro (donativos de los fieles) ascendió a 53 millones de euros en 2019, una fuerte caída respecto a los 74 millones de 2018, atribuida en parte al descubrimiento de abusos de menores en varios países.

Paradójicamente, el escándalo de la compra de edificios de lujo en Londres con desmesurado enriquecimiento de múltiples intermediarios hasta el punto de delito de malversación de fondos está acelerando la reorganización económica del Vaticano.

El traspaso de los patrimonios y fondos reservados de todos los departamentos a la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), indicado por el Papa en noviembre de 2018, puede estar terminado, según Juan Antonio Guerrero, a finales de este año o comienzos de 2021.

Eso significa que la Secretaría de Estado pierde el control exclusivo de unos 700 millones de euros de fondos reservados, de los cuales se han malversado decenas de millones en un caso que llegará pronto a juicio en el Tribunal del Vaticano.

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