El Vaticano dio a Afineevsky declaraciones del Papa sobre uniones gais previamente censuradas a Televisa

El documental falsifica como una larga frase cuatro fragmentos sobre temas distintos

Papa Francisco AFP
Juan Vicente Boo

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A pesar del mutismo completo del departamento de Comunicación del Vaticano, la larga cadena de anomalías en torno a las declaraciones del Papa a favor de las uniones civiles homosexuales terminó de salir a la luz este viernes revelando censuras y falsificación de imágenes.

El documental «Francesco», de Evgeny Afineevsky, presentado el miércoles en Roma, dura nada menos que dos horas. Pero la atención mundial se centró en una sola declaración del Papa: «Las personas homosexuales tienen derecho a estar en la familia; son hijos de Dios, tienen derecho a una familia. No se puede echar de la familia a nadie ni hacerle la vida imposible por eso . Lo que tenemos que hacer es una ley de convivencia civil; tienen derecho a estar cubiertos legalmente. Yo defendí eso».

Poco a poco se descubrió que cada una de las tres primeras frases pertenecen a tres fragmentos, separados entre sí, de una entrevista concedida por el Papa a Televisa de México en mayo de 2019, y se refieren a la acogida de personas homosexuales por parte de su propia familia.

Las dos últimas frases, «Lo que tenemos que hacer es una ley de convivencia civil; tienen derecho a estar cubiertos legalmente. Yo defendí eso», referidas al plan alternativo a la ley de matrimonio homosexual aprobada en Argentina en 2010, proceden de la misma entrevista, pero eran desconocidas porque fueron censuradas por el departamento de Comunicación del Vaticano , según confirmó un portavoz de Televisa.

Durante sus encuentros con periodistas en Roma el miércoles, Evgeny Afineevsky intentó hacer creer que eran declaraciones de Francisco en una entrevista concedida a él , pero se descubrió que era mentira ya antes de que recibiese el Premio Kinéo.

La ceremonia tuvo lugar el jueves en los Jardines Vaticanos, presidida por el jefe del departamento de Comunicación, Paolo Ruffini, quien previamente dijo haber facilitado al prestigioso cineasta de origen judío -nacido en Rusia pero residente en Estados Unidos-, abundante material de archivo.

La sorpresa fue que entre ese material figuraba el segmento censurado en 2019 a Televisa siguiendo el sistema habitual de trabajo del departamento de Comunicación.

Las entrevistas televisivas al Papa se graban con cámaras del Vaticano, que después entrega al entrevistador casi todo el material, excepto imágenes que no le gusten o comentarios que no le parezcan apropiados, que tampoco aparecen en las transcripciones publicadas en sus medios de comunicación estatales.

Aunque cada Estado es libre de poner condiciones en las entrevistas a su máximo líder y cada cadena televisiva es libre de aceptarlas o rechazarlas, ha resultado sorprendente que se hayan entregado al cineasta rusoamericano las imágenes negadas anteriormente a Televisa.

La segunda anomalía, por parte de Afineevsky, es juntar respuestas a temas diferentes en una secuencia única, ocultando los saltos de imagen mediante superposición de tomas de una misa en casa Santa Marta. El montaje sonoro está bien hecho, pues no se percibe ningún cambio de tono en la yuxtaposición de los cuatro fragmentos.

Desde que se comenzó a descubrir el pastel el miércoles por la tarde, las preguntas llovieron a centenares sobre el departamento de Comunicación del Vaticano, que se encerró en un mutismo sin precedentes. Al mismo tiempo crecía en casi todos los países la polémica entre partidarios de mayor aceptación de los homosexuales y sectores católicos hostiles a Francisco o rigoristas hasta cruzar la raya de la homofobia.

Afineevsky, nominado varias veces al Emmy y al Oscar, ha logrado un documental de gran belleza e intensidad humana, que presentó hace dos meses al Vaticano, pero ha terminado apareciendo como manipulador, sobre todo por su negativa a responder a preguntas sobre el origen de las imágenes y el modo en que montó la frase.

Entretanto, cardenales conservadores y hostiles a Francisco como el norteamericano Raymond Burke y el alemán Gerhard Ludwig Müller, han renovado sus acusaciones de que el Papa traiciona la doctrina de la Iglesia.

Casi ningún otro comparte esas posturas extremas, pero tampoco salen a contradecirles, pues es un espectáculo poco edificante. Entretanto, Francisco no parece estar demasiado preocupado, pues ha repetido muchas veces que el matrimonio es solo entre un hombre y una mujer.

Es posible que para él lo importante haya sido el mensaje de respeto a los homosexuales y el reconocimiento implícito de que las uniones civiles resuelven jurídicamente necesidades vitales, desde el alquiler de una vivienda al derecho de visita en un hospital o a una herencia, sin necesidad de contraer matrimonio homosexual, reconocido cada vez en más países.

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