Universidades de cuatro comunidades socialistas apagan la calefacción por los altos costes

Centros universitarios de Baleares, Comunidad Valenciana, Aragón y Castilla-La Mancha toman medidas drásticas para reducir su factura energética

Exterior de la Universidad de Alicante JUAN CARLOS SOLER

Mayte Amorós , Toni Jiménez y Roberto Pérez

El incremento en los precios de la luz y el gas que se está experimentado en los últimos meses ha llevado a las universidades a tomar drásticas decisiones. En concreto, los centros de cuatro comunidades autónomas socialistas —Baleares, Comunidad Valenciana, Aragón y Castilla-La Mancha— han deciido apagar la calefacción ante la previsión de las elevadas facturas a las que se enfrentarán.

La universidad pública balear fue la primera en cortar la calefacción y anunciar otras medidas de racionalización como cerrar una hora antes o apagar los ordenadores cada día al acabar la jornada laboral. El objetivo, según el rector, es hacer frente a la situación de «emergencia energética» de la institución ante el «inasumible» aumento del precio de la luz y el gas.

La UIB pagó 2,4 millones de euros en 2021, una cantidad muy superior al millón de euros del año anterior, pero calcula que el coste para el año 2022 podría alcanzar los casi 6 millones de eur os, lo que representaría un 4,8% del presupuesto total de la Universidad para este año.

Según explican a ABC fuentes de la universidad, los presupuestos de este año calcularon un gasto de la luz en función del precio de referencia de finales de 2021 pero la constante subida hace temer que sea insuficiente. Estrictamente en electricidad el importe presupuestado para el año 2022 es de 1.879.000 euros y de 3.263.739,09 euros incluyendo todos los suministros como el agua, gas, combustible o material de laboratorio.

En la Comunidad Valenciana, la Universidad de Alicante también ha decidido anular todos los sistemas de climatización de su campus desde el pasado 16 de marzo debido al desorbitado aumento de la factura de la luz. Solo se mantendrán activos los que sean imprescindibles para la actividad investigadora. La UA calcula que este 2022 podría llegar a pagar, en este concepto, 10,5 millones de euros, por los 2,1 de 2020 o los 4,5 de 2021.

Esa escalada de los precios ha provocado que las licitaciones que varias universidades valencianas habían preparado conjuntamente «se hayan quedado desiertas tanto para la energía eléctrica como de suministro de gas natural», ha explicado el vicerrector de la UA, Salvador Ivorra, en un comunicado dirigido a la comunidad universitaria, en el que pide que le hagan llegar «todas las propuestas realistas e inmediatas que puedan ser de utilidad».

«Para hacer frente a esta crisis, la Universidad tiene un margen de maniobra estrecho, pero puede conseguir con el esfuerzo de toda la comunidad universitaria un ahorro considerable en el consumo», señala. La UA «ya ha puesto en conocimiento de la Generalitat esta situación» y «estudiará otras posibilidades para reducir el consumo y el coste de la factura de la electricidad».

La austeridad energética se ha impuesto también como norma de obligado cumplimiento en la Universidad de Zaragoza. Hace escasos días se conocía una orden cursada internamente por los órganos de gobierno de la universidad pública aragonesa: la temporada de calefacción se ha dado por finalizada el 15 de marzo , así que desde ese día ya no funcionan los sistemas de climatización invernal en ninguno de los centros que dependen de esta institución académica, con campus en las tres capitales de provincia de la región.

Además, la decisión incluye también otra norma más para que las aulas no se enfríen, aun a costa de arriesgarse más ante el Covid: nada de dejar las ventanas abiertas o de airear las clases de forma continua o muy frecuente. A la vista de la desbocada factura de la energía, los responsables de la Universidad de Zaragoza consideran que hay que conformarse con ventilar solo durante diez minutos cada hora , entre clase y clase. Además, en vez de abrir todas las ventanas, basta con mantener abierta una y la puerta del aula, para que haya corriente y la ventilación sea más eficaz en menos tiempo y con menor fuga calórica.

La Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), por su parte, también implementará en los próximos días medidas de contención y reducción del consumo energético como el corte o restricción de la calefacción . La factura de la luz se ha incrementado un 125% respecto al mismo periodo de 2021. En términos absolutos, los costes eléctricos en enero y febrero superaron los 1,3 millones de euros, lo que supone el 23% del presupuesto total destinado a esta partida para 2022.

En los dos meses citados, el coste de la factura del gas ha ascendido a 624.187 euros, la mitad del total gastado en 2021. «A este ritmo de gasto, la situación es insostenible, por lo que es necesario tomar medidas de ahorro urgentes», ha asegurado el vicerrector de Economía y Planificación de la UCLM, Francisco José Sáez.

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