Trump invoca la ley de defensa para obligar a las empresas a fabricar ventiladores
La epidemia se expande más allá de Nueva York, en contrarreloj para expandir sus hospitales
EE.UU. es consciente de que sus hospitales se colapsarán cuando la ola del coronavirus rompa con fuerza en la principales ciudades del país, como está cerca de ocurrir en Nueva York, la más afectada. Ante el déficit de ventiladores que se anticipa para tratar los casos más graves, el presidente del país, Donald Trump, ha invocado la Ley de Protección de Defensa, que le autoriza a obligar a las empresas a fabricar productos necesarios para la defensa del país. La decisión se produjo después de roces con General Motors, con quien Trump trataba de acordar la fabricación de miles de ventiladores. El presidente criticó a la compañía y a su consejera delegada, Mary Barra, por la tardanza en cumplir con los pedidos y por exigir precios altos. La invocación permitirá a Trump «obligar a General Motors a aceptar, realizar y priorizar contratos federales para ventiladores». El comunicado de la Casa Blanca justificó la medida en que la compañía de automoción estaba «perdiendo tiempo».
Quien primero exigirá el envío de esos equipos será el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, que repite desde hace varios días que no es una cuestión de si el colapso hospitalario se producirá, sino de cuándo y con qué magnitud . Por ello, la capital financiera y cultural del mundo está en una carrera contrarreloj por expandir su infraestructura para minimizar los daños, aunque ya es evidente que serán abundantes, tanto en vidas humanas como en impacto económico.
Cuomo repasó los datos de la epidemia con el fondo de las nuevas camas de hospital montadas en el centro de convenciones Javits Center, la versión neoyorquina del macrohospital del Ifema, en Madrid. Los números, un día más, no son buenos. Al cierre de esta edición, el número de contagiados en el estado de Nueva York ascendía a más de 45.000, con un crecimiento en un día del 20%. La mayor parte de ellos estaba en la ciudad que le da nombre, con más de 25.000 casos y un crecimiento similar. Donde había un mayor aumento era en el número de fallecidos -519-, un 35% superior. «Hay que contar con que se va a incrementar», reconoció Cuomo sobre los decesos. «Son noticias malas, trágicas, las peores».
Lo más significativo es la situación en los hospitales. Cuomo se felicitó porque el ritmo de aumento de ingresados se ralentiza. Con todo, el número de ingresados creció en un día un 21% y son 6.500. En la UCI, el aumento fue del 22%, hasta los 1.583 casos.
Más capacidad
El cuello de botella en la infraestructura hospitalaria es la espada que se cierne sobre Nueva York. Según las proyecciones de Cuomo, se necesitarán 140.000 camas para atender el pico de la crisis, que ayer situó dentro de tres semanas. El gobernador ha ordenado a todos los hospitales que aumenten su capacidad, ha acordado con Donald Trump la instalación de cuatro grandes hospitales de mil camas cada uno -como el del Javits Center-, ha localizado otros cuatro lugares para una segunda fase de hospitales de campaña, tiene señaladas residencias universitarias para montar más camas de hospital, recurrirá a hoteles y residencias de ancianos si es necesario y el lunes llegará el buque-hospital del ejército USNS Comfort a los muelles de Nueva York.
El verdadero problema estará en los ventiladores que se necesitan para los casos más graves que requieren UCI, donde el déficit es de decenas de miles. Cuomo tiene unos 3.000 en Nueva York y calcula que necesitará cerca de 40.000.
La falta de ventiladores es un problema que se siente en Nueva York a la vuelta de la esquina, pero también en el resto del país. Una encuesta de la Conferencia de Alcaldes de EE.UU. publicada ayer asegura que el 85% de los regidores del país considera que su ciudad no tiene suficientes ventiladores para pasar la crisis, mientras que el 90% asegura que faltan otros materiales, como test de diagnóstico, mascarillas o batas protectoras.
Aunque la atención se la lleva Nueva York, la epidemia avanza con fuerza en otras partes de EE.UU. Es el país del mundo con más casos. Otros estados, como California, New Jersey y Washington, han peleado con el brote desde hace semanas. Se han registrado aumentos significativos en áreas metropolitanas como las de Nueva Orleans, que está entre las ciudades con más fallecidos por cien mil habitantes; Chicago, donde su alcaldesa, Lori Lightfoot, advirtió de que podría haber 40.000 hospitalizaciones en las próximas semanas; o Detroit, donde los contagios se han multiplicado por diez desde el 19 de marzo.