Expedición científica
El Trineo de Viento completa con éxito su travesía por el hielo de Groenlandia
El vehículo eólico alcanzó la cima helada de la isla, a más de 3.000 metros de altitud, tras una travesía de 2.000 kilómetros por un mar de hielo
«Esta expedición no ha sido fácil porque ha hecho demasiado calor, hasta varios grados sobre cero a 2.200 metros de altitud», resume el explorador Ramón Larramendi, quien ha comandado la expedición Cumbre de Hielo Groenlandia 2016, nada más alcanzar la meta en Kangerlussuaq, en la costa suroeste de Groenlandia el pasado sábado 25 de junio. Han sido seis semanas de travesía a bordo del Trineo de Viento , que ha superado con éxito el reto de alcanzar la cima helada de Groenlandia, a 3.207 metros de altitud, sin necesidad de combustibles fósiles y llevando una carga de 2.000 kilos.
«El calor, y arrastrar 2.000 kilos de peso es todo un reto que nunca antes se había intentado, pero estamos felices y satisfechos de haberlo superado. Hemos ido arreglando los desperfectos sobre la marcha y superando las dificultades. Ningún otro vehículo podría haber seguido adelante en las condiciones en las que nosotros hemos recorrido el interior del hielo . Se ha demostrado una vez más que la simplicidad y eficiencia del Trineo de Viento sigue siendo única para sacarle provecho científico», explica Larramendi.
Y es que, desde los primeros días del recorrido, los expedicionarios constataron que el deshielo en el interior de Groenlandia se ha adelantado este año varias semanas, respecto a lo que vivió hace solo dos años, en la Circunnavegación de Groenlandia de 2014 . No solo las temperaturas han sido más elevadas, sino que los vientos nocturnos polares que esperaban se han comportado erráticamente. En algunos momentos tuvieron que dividir el convoy de cuatro módulos en dos partes con dos equipos para poder seguir las ascensión a la cumbre.
Por primera vez, el Trineo de Viento, con unas dimensiones de 12 metros de largo por tres y medio de ancho, ha sido capaz de realizar una ascensión con vientos en contra , hasta llegar a los 3.240 metros de altitud. Desde allí, el equipo inició la bajada por la otra vertiente del «domo» helado hasta las cercanías de la costa este, donde un helicóptero se acercó hasta el vehículo pare el intercambio de parte de la tripulación y desde donde emprendieron la última fase del recorrido, que acabó este fin de semana. «Estamos muy satisfechos. Ha sido duro, por las condiciones climáticas, pero hemos conseguido los objetivos. Esperamos que esta expedición sirva de espaldarazo definitivo de este vehículo como herramienta para la exploración polar española e internacional », decía un satisfecho Larramendi a su llegada a Kangerlussuaq.
El objetivo de la expedición, que salió de Madrid el pasado 15 de mayo , era comprobar la eficacia del Trineo de Viento como una alternativa ecológica, sencilla y económica para la investigación en los territorios polares. La expedición Cumbre de Hielo era una fase más en la demostración de que este ecovehículo -que se mueve con el viento gracias a unas cometas y produce electricidad a partir de paneles solares - puede servir de estación de investigación móvil y llegar así a lugares de muy difícil acceso o donde llegar es posible pero a un coste muy alto. Es el caso de la Antártida.
Proyectos científicos a bordo
La expedición llevaba a bordo proyectos científicos de investigadores polares, que ayudarán a conocer mejor las condiciones de un territorio muy desconocido para la ciencia mundial pero fundamental para conocer los cambios que está experimentando nuestro planeta . Durante la expedición, se recogieron datos de temperatura y humedad para estudios climáticos y se realizaron perforaciones para caracterizar el manto de nieve. También se recabaron datos sobre la presencia de microorganismos en el aire polar para estudios sobre su dispersión y se llevó a bordo un instrumento que detecta los efectos de los rayos cósmicos, en forma de radiación, en la superficie ártica.
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