Un tribunal italiano quita la custodia de su hija a un matrimonio anciano y el Supremo pide devolvérsela

Infinito calvario para los padres biológicos de una niña que lleva siete años de juzgado en juzgado

La pareja fue acusada por sus vecinos por dejar a la menor en el coche llorando durante 45 minutos

Imagen de recurso de una pareja de personas mayores Pixabay
Ángel Gómez Fuentes

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Es un drama infinito el de unos padres que toda Italia conoce y que hoy se vuelve a poner de actualidad en el Tribunal Supremo. Gabriella Carsano , hoy con 57 años, y su marido Luigi Deambrosis (69), fueron considerados ancianos y no idóneos para cuidar a su hija, nacida en el 2010.

El matrimonio, que vive en Mirabello Monferrato, pueblo de 1.360 habitantes en la región de Piamonte, al norte de Italia, fue acusado injustamente por sus vecinos de abandonar a su hija en el coche llorando «durante 45 minutos» . El padre respondió que era falso: «Al máximo estuvo 7-8 minutos, siempre bajo mi control, mientras calentaba la leche».

Al final se impuso la versión de los vecinos y el tribunal de menores decidió en septiembre de 2011 ofrecerla en adopción porque los padres no eran idóneos por su edad para cuidarla. En aquel momento, los jueces fueron muy duros con el matrimonio: «Luigi y Gabriella no se plantearon el hecho de que la niña se encontrará huérfana siendo joven y antes se verá obligada a cuidar a sus padres ancianos». Después de un juicio de primer grado y el de apelación, el caso llegó al Tribunal Supremo en el 2013 que confirmó la sentencia de adopción. La niña, que ahora tiene siete años, no ha podido ver desde hace cuatro a sus padres biológicos.

«La ley no impone límites para tener un hijo»

Para el matrimonio nació la esperanza el año pasado. Su abogado presentó ante el Supremo un recurso «por revocación», un remedio extremo que se propuso porque había nuevas circunstancias que, de haberse conocido anteriormente, hubieran determinado una decisión diversa. La «nueva circunstancia» era la absolución definitiva del padre biológico del delito de abandono de un menor, por el cual se le abrió un proceso por la denuncia de los vecinos. El Supremo reconoció que «la ley no impone límites de edad para tener un hijo», admitió el error y reenvió el caso al tribunal de apelación de Turín, el cual volvió a confirmar que la niña debía continuar en adopción.

El escritor Massimo Gramellini escribió entonces: «Desde hoy en Italia existe el delito de ancianidad y la pena consiste en la sustracción de un menor a los padres biológicos por parte de la Justicia. Todo esto en el país que no quita la patria potestad a los mafiosos, se le llena la boca con la sacralidad de la familia y sale adelante gracias al empeño diario de millones de abuelos. ¿Serán declarados ellos también fuera de la ley?».

En este interminable calvario para la niña y los padres, el caso ha vuelto al Supremo, donde el fiscal ha pedido que se anule la sentencia del tribunal de apelación que decretó la adopción y que «la niña vuelva con sus padres naturales». La abogada de Gabriela y Luigi ha manifestado que «el matrimonio está con gran emoción y confiado en la justicia». En un mes se conocerá la decisión definitiva del Tribunal Supremo. Un drama familiar infinito.

Un tribunal italiano quita la custodia de su hija a un matrimonio anciano y el Supremo pide devolvérsela

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