Tráfico castigará con 4 puntos el mal uso del cinturón de seguridad y el casco
Se dispara el número de motoristas, así que la DGT inculcará que lleven airbag
Con la mirada puesta en el futuro, 2020 será el año de la «actualización» de las sanciones que tiene contempladas el carné por puntos, que lleva doce años vigente. Así lo dijo ayer Fernando Grande-Marlaska y deslizó el endurecimiento de los castigos para dos temas que preocupan sobremanera en la Dirección General de Tráfico ( DGT ): el 20% de quienes fallecieron en un coche el año pasado lo hicieron sin llevar ajustado el cinturón de seguridad y 16 de los 264 motoristas muertos en 2019 no usaban casco, pese a ser obligaciones «que parecen asumidas», remarcó el ministro del Interior en funciones. Además de subir de 3 a 6 puntos el uso del móvil al volante, Tráfico tiene sobre la mesa elevar este año de 3 a 4 puntos esas dos infracciones, según ha podido saber ABC .
Entre los motoristas, además, el departamento que pilota Pere Navarro «recomendará» próximamente el uso del airbag sobre las dos ruedas. Se trata de una especie de chaleco protector que en la actualidad cuesta desde 400-500 euros (la media es de unos 700 euros), aunque existen «alternativas más económicas», dicen a este diario fuentes expertas en seguridad vial. Navarro, que ya ha mantenido encuentros con colectivos de motoristas proclives a la medida como Mutua Motera, comenzará por «aconsejar» el uso de este dispositivo de seguridad hasta que «obligue» y sancione su desuso, siguiendo el recorrido que ya marcó la imposición de llevar el casco de seguridad en las motocicletas.
Un colectivo en la diana
Y es que la medida entroncaría con los datos conocidos ayer en el balance de la siniestralidad vial del pasado 2019 que se dio a conocer en la sede de la DGT en Madrid. Los motoristas son el colectivo que más fallecidos incrementa, 47 más que el año anterior, y se dispara hasta 264, por lo que Tráfico focalizará un grueso de medidas hacia este colectivo. También se identificarán cien tramos de alta siniestralidad para motoristas en las carreteras nacionales para mejorar su señalización y medidas de seguridad.
Marlaska lo atribuyó al efecto de «la moto deportiva, de uso recreativo y ocio, los fines de semana por vías secundarias», a lo que hay que añadir que esas motos suelen estar conducidas por gente novel y son de gran cilindrada.
Al margen de ese dato trágico y con la mirada puesta en el pasado, desde que existen registros en Tráfico -año 1960- no se conseguía una cifra tan baja de fallecidos en los 165.000 kilómetros de vías interurbanas, 1.098. Es una bajada muy positiva, para las asociaciones de víctimas consultadas, como DIA, ya que son 90 personas fallecidas menos, una caída del 7,6%.
Entre los especialistas en seguridad vial, como Ramón Ledesma, asesor de PONS Seguridad Vial, toda reducción de más de un 6-6,5% tiene que ser interpretada como muy buena. Para Ledesma, dos son los factores que han influido de un modo esencial en este cambio: «El retorno de la política de seguridad vial a la agenda pública y la toma de decisiones», ya que el nudo gordiano del problema estaba en la carretera convencional, donde se concentraban el 80% de los fallecidos. Se ha optado por «pacificar» estas vías, bajando de 100 a 90 el límite de velocidad, en línea con el resto de países europeos», traduce.
El resultado de esa medida sobre la velocidad máxima adoptada en febrero es que las vías secundarias redujeron su siniestralidad en 84 víctimas durante 2019, de 884 en 2018 a 800 (una reducción muy notable de un 9,5%). Según explicó el responsable de Interior, en aquellos tramos donde se ha aplicado esta nueva medida se ha logrado reducir las víctimas en un 9%, mientras que aquellos en los que la velocidad máxima ya estaba limitada a 90 kilómetros por hora, «solo» ha bajado un 2%.
Deberes pendientes
Por otra parte, el experto de PONS afea que el desgobierno o la parálisis del gobierno «ha dejado atrás otros temas cruciales, como la pacificación del tráfico urbano (con el establecimiento del límite 30 km/h en calles de un solo sentido) y la adopción de decisiones respecto al uso del teléfono móvil. La implantación del derecho de repetición («quien hace uso del móvil debe afrontar sus consecuencias») debe comenzar a estar en la agenda política», apunta a este diario. El ministro Marlaska aseguró ayer que en 2020 también se implantará el límite de 30 km/h en las ciudades.
De hecho, no se conocerán los datos de cuántas personas han fallecido en las urbes (además de los fallecidos en carreteras 30 días después del accidente) hasta mediados de este año, cuando podría inclinarse esta balanza tan optimista conocida ayer y que cuantifica solo los fallecidos en el ínterin de las primeras 24 horas tras el siniestro . En 2019 se registraron 1.007 accidentes mortales en carretera; otras 4.395 personas requirieron ingreso hospitalario y también caen los heridos en un 3,8% respecto al año anterior, cuando sumaron 4.569.
Marlaska aseguró que en 2020 entrará en vigor la limitación de la velocidad máxima a 30 km/h en las ciudades
En cuanto a las causas de esta mejoría en las cifras, Grande-Marlaska destacó la «importancia» de la bajada de fallecidos durante los meses de verano (46 menos que en 2018) y que durante 37 días del año pasado se contabilizaron 0 fallecidos.
Si cada día del año pasado perdieron la vida en el asfalto tres personas, hubo una sola jornada, el 21 de julio, que superó todas las medias: 13 fallecidos y fue el día más negro del año. En la cara opuesta se coloca el «buen trabajo» de los conductores y empresas de autobús de largo recorrido. Hay que destacar que por primera vez en la historia hubo cero víctimas mortales durante todo un año en un medio de transporte tan utilizado como el autocar.
Durante su intervención, el ministro también puso el foco en que las franjas de edad que más siniestralidad vial registraron fueron las de entre 45 y 54 años y la de 65 o más; y queque las salidas de vía siguen siendo la principal causa de muerte en carretera (432 del total).