Testimonios de ludópatas: «No se cura nunca, solo se controla»
Nino (Jugadores Anónimos) y María se tratan de su problema con el juego y no esconden la vorágine destructiva en la que se introduce un adicto a estos
Nino, ex jugador y miembro de la asociación Jugadores Anónimos, sabe de lo que habla cuando asegura que «la ludopatía es una enfermedad que no se cura nunca, solo se controla». Este barcelonés, que lleva varios años acudiendo a las reuniones de esta asociación, aún no se siente en poder absoluto de las riendas de su vida.
«La ludopatía es una de las dependencias más disfrazadas que hay. Al alcohólico le delata su aspecto pero al ludópata no. Uno puede proyectar a la sociedad una imagen positiva y estar lleno de escombros por dentro», dice Nino.
Admite que no pudo dar pasos en positivo hasta que reconoció «que era un esclavo del juego». Cuenta que se pasó años «explicando medias verdades» a los suyos.
«Perdí la confianza de mi familia y eso nunca vuelve a recuperarse», afirma el barcelonés. Desde la experiencia, aconseja a todos los que pasan por esta cruda realidad que acudan a la asociación (www.jugadoresanonimos.org). «Ellos te dan armas para afrontar tu nueva vida», concluye.
«Debes intentar que no te arrastre»
María es miembro de la ascoación Gam-Anon. Cuando estalla un caso de ludopatía, los familiares no salen indemnes. La asociación Gam-Anon (www.gam-anon.com ) lleva más de 25 años ayudando a las personas «cuya vida se ha visto afectada por un jugador compulsivo». María, mujer de un ludópata y miembro de la asociación, subraya, en declaraciones a este diario, la importancia de que los familiares de los afectados acudan en busca de este tipo de ayuda. La asociación basa la recuperación en 12 pasos. «El primero, es hacerles entender que ellos están impotentes ante el problema y que el afectado no tiene nada personal contra ellos, simplemente es un enfermo», explica María. Otra recomendación básica para estas personas es «que se blinden» emocionalmente. «Debes intentar que no te arrastre a tí», dice la afectada, que también buscó amparo en la asociación. «Es básico que entiendan que los afectados no son malas personas, solo enfermos.Solo así podrán ayudarles», concluye.