El robot Pepper, uno de los más usados en Japón, dirige los ejercicios de los ancianos en la residencia Shintomi de Tokio. Los perros electrónicos Aibo y la foca Paro tienen fines terapéuticos porque dan compañía a los ancianos. Los enfermos con demencia se calman acariciando la suave foca Paro, que ronronea y mueve la cabeza. Para ancianos con movilidad reducida, la cama Reysone, de Panasonic, se divide por la mitad. Retirada dicha parte con una persona encima, se convierte en un sillón donde el mayor puede pasar el resto del día sin cambiarlo de sitio.. En cada mesilla de noche, los ancianos de la residencia Shintomi tienen este pequeño robot, Sota, que les da una sencilla conversación para que no se sientan solos y les recuerda la hora de tomarse las pastillas o medirse la presión. La androide Chihira Junco da información en japonés, inglés y chino en el centro comercial Aqua City de Tokio. Moviendo la cabeza y los brazos mientras parpadea, responde a las preguntas que hacen los clientes mediante un panel virtual. Sacado de «La guerra de las galaxias», Reborg X vigila con su cámara edificios como el de la Corporación Bancaria Sumitomo Mitsui. Avisa de incendios y terremotos en su pantalla, conectada con los guardias de seguridad.