Spanair resucita en un restaurante pakistaní de Barcelona 10 años después de su cierre

La aerlínea cesó su actividad en 2012, dos años después del accidente en el que murieron 154 personas

Ahora, un restaurante del Raval reparte servilletas que pertenecían a la compañía de forma casi clandestina

El accidente de Spanair, el fatal «fallo sistémico» en Barajas

La extraña vida de Enriqueta Martí

Imagen de comida pakistaní y las servilletas encontradas en el restaurante. ABC

Lorena Gamarra

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Pedir cena para llevar y que venga con sorpresa. Concretamente, un viaje en el tiempo de, al menos, 10 años al pasado. Cualquier barcelonés ha podido experimentar esta sensación si ha pasado por el Bismillah Kebabish, uno de los innumerables restaurantes pakistaníes del Raval que tiene, para algunos de sus clientes, «los mejores kebabs de Barcelona», y que convive en una heterogénea calle con narcopisos, comercios halal, bares de moda y el recuerdo de la Vampira del Raval . Reconocerá aquí el lector barcelonés o el turista hipster la calle Joaquín Costa.

El viaje en el tiempo es, curiosamente, a través de las servilletas del restaurante, aunque sus propietarios posiblemente no sean conscientes de ello. Y es que allí se pueden adquirir unas blancas e impolutas servilletas de Spanair que por un momento teletransportan al cliente a la cabina de uno de sus Airbus A-320. La particularidad, además de no tener ninguna relación con el restaurante pakistaní, es que la aerolínea española cesó su actividad en 2012, solo dos años después del fatídico accidente en el que murieron 154 personas .

Las vueltas que han dado esas servilletas para acabar, 10 años después, en un restaurante del Raval de Barcelona, es todo un misterio que desde el propio restaurante no han querido explicar. De hecho, este diario ha podido comprobar el estricto protocolo que se sigue para que el reparto de este artículo lo más desapercibido posible, porque no todo el que acude al restaurante tiene acceso a ellas pese a estar casi expuestas en el mostrador.

Servilletas de Spanair en el restaurante pakistaní de Barcelona. ABC

Si la consumición es en el propio local, las servilletas son blancas y sin logo alguno, como las de cualquier otro sitio. Si se trata de un pedido para llevar, el camarero que se encarga de la preparación incluye junto a la comida las servilletas de Spanair. Tan estricto es el protocolo que, una vez preparado el pedido, si un cliente decide en el último momento quedarse en el restaurante las servilletas automátiamente son incautadas por el personal y sustituidas por las blancas sin mayor explicación.

Spanair tenía sede en Hospitalet de Llobregat

Spanair, que nació en 1986 y voló por primera vez un avión de la compañía en 1988, estableció su última sede en Hospitalet de Llobregat, cerca de Barcelona, por lo que ante una pérdida o estravío de stock, su aparición en un local de la ciudad condal es más plausible que en otro lugar. Sin embargo, que estén en circulación tras 10 años es lo que resulta más sorprendente.

Laura Martínez, una vecina de Barcelona que se percató al llegar a su casa de que tenía servilletas de Spanair, quiso compartir su sorpresa en Twiter y buscar una explicación, aunque nadie supo dar una respuesta al hecho de que que una década después estén en un restaurante.

Tras el cese de actividad, el material quedó retenido

En su última etapa, la aerolínea llegó a ser una compañía semipública que el Gobierno Catalán empleó para potenciar el peso del Aeropuerto del Prat. En enero de 2012, tras recibir la negativa de Qatar Airways de formar parte de la empresa y dada su delicada situación financiera tras el accidente, Spanair preparó la solicitud para suspender su actividad.

Entonces, todo el material de la compañía quedó retenido, también lo relacionado con el cátering, que se almacenaba de forma centralizada en Barcelona, según trabajadores que se encargaban de su supervisión hasta el cierre de la empresa, a la espera de una decisión judicial que indicara cómo proceder con él.

Una de las servilletas del Bismillah Kebabish. ABC

La empresa de cátering Newrest, que también operaba con otras aerolíneas, se encargó de custodiar todo aquello hasta que años más tarde, ya con permiso judicial, pudo vender el stock y distintos útiles para recuperar parte de la deuda que había dejado Spanair. Alfredo Ramírez, supervisor de Catering hasta el cierre de la compañía, recuerda que en la bodega había «cantidades impresionantes» de servilletas, cristalería, vajillas, etc.

Cuando la empresa comenzó a dar salida a este material, se ofreció a los trabajadores y el resto se puso a la venta, aunque tiempo después, asegura, muchos de esos artículos aparecieron en plataformas de segunda mano como e-bay: trolleys, contenedores, cubertería, mantelería... Eso explicaría que alguno de esos lotes fuera a parar al Bismillah Kebabish en algún momento. Que a día de hoy sigan en circulación, no obstante, sigue siendo una incógnita.

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