Coronavirus
Los socorristas estarán más expuestos que nunca este verano, pero sin boca a boca y con autocuras
Las medidas pueden generar un «pequeño» retraso en los rescates, ya que, en la arena, deberán atender a las víctimas con un EPI avanzado
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![Socorristas dan indicaciones a una mujer que se realiza una autocura](https://s1.abcstatics.com/media/sociedad/2020/06/08/WhatsAppImage2020-06-05at16.57.48-kEFI--1248x698@abc.jpeg)
Desde la fase 2, a partir de la que estará toda España a partir de hoy, las playas estarán abiertas a las actividades de ocio. No obstante, la normalidad también será «nueva» en los arenales, ya que se deberá cumplir el distanciamiento social (en caso contrario es obligatoria la mascarilla) y deberá haber al menos 4 metros entre sombrillas.
Serán los socorristas quienes vigilarán que todas estas medidas se cumplan , además de las que aplique cada ayuntamiento. José Luis Hernández, coordinador de playas de Cruz Roja de Guardamar del Segura (Alicante), admite que «este año va a ser «un verano difícil» . Lleva desde 2007 vigilando las playas, pero es consciente de que habrá más trabajo.
El cambio en el protocolo que más ha transcendido es que no se podrá realizar el boca a boca , una práctica que estaba ya casi en desuso entre los socorristas, aclara Hernánez. En su lugar, deberá usarse un balón resucitador, algo que el personal de Cruz Roja ya llevaba más de 10 años utilizando.
Además, se priorizará la autocura de aquellas personas en las que sea posible. Por ejemplo, si es necesario que la víctima se aplique una pomada, el socorrista dará las instrucciones necesarias y será ella quien se trate y ambos llevarán mascarilla. En caso de que haya una hemorragia, el socorrista actuará con la protección necesaria.
![José Luis Hernández](https://s3.abcstatics.com/media/sociedad/2020/06/08/joseluis-kCNH--220x220@abc.jpeg)
En los rescates, su labor se complica y se exponen más . «No tenemos ningún medio de protección que funcione para hacer un rescate», señala Hernández, por lo que la recomendación es, más que nunca, «minimizar el número de rescates y no exponer tanto a nuestros socorristas». Si la víctima está consciente, será más fácil mantener la distancia, pero si no, «evitar el contacto es muy difícil», explica. «Todo el mundo es sospechoso de tener Covid y no podemos dejar de salvar una vida pensando que podemos contagiarnos. No vamos a permitir que nadie se ahogue por no tener un medio barrera».
Las medidas pueden generar un «pequeño» retraso en los rescates, ya que en la arena los socorristas deberán atender a las víctimas con un EPI (Equipo de Protección Individual) más avanzado compuesto por gafas, bata quirúrgica, doble guante y mascarilla FFP2. El responsable del Programa de Playas de Cruz Roja, Miguel Ángel Sánchez Arrocha, explica que «los tiempos pueden ser superiores, pero también es verdad que si estamos hablando de una escena donde nosotros estamos sacando a una persona que está en apuros en el mar, la primera fase es el resate y en la orilla de la playa habrá otro equipo preparado y equipado para dar la respuesta sanitaria necesaria. Si el socorrista es alertado por una persona de que hay alguien incosnciente, algunos segundos nos tendremos que demorar porque no podemos aproximarnos a nadie sin la protección».
Protección durante todo el verano
Sánchez sostiene que estas medidas se prolongarán durante todo el verano: «No tenemos la bola de cristal, pero pensamos que de aquí a tres meses no va a haber un cambio tan radical en esas medidas de protección. Si la situación de gravedad o de presencia del virus desciende, probablemente podamos bajar la intensidad del uso de EPI. Y si resulta que vamos a peor, tendremos que adaptarnos».
Para intentar que los socorristas están más protegidos dentro del agua, el responsable anuncia en una conversación con ABC que «en Barcelona se está practicando incorporar las gafas y tubos que tenemos para submarinismo en las maniobras de arrastre de la persona hacia la orilla». Según indica, el método «protegería la nariz y ojos del socorrista y podría respirar por el tubo, pero todavía tenemos que hacer pruebas y valorar si es una heramienta que podemos incorporar o no».
Por último, Hernández señala que, a pesar de los nuevos protocolos, los socorristas «no tenemos que descuidar lo que hacemos hasta ahora, que es nuestro servicio principal: la vigilancia». El coordinador alicantino lamenta que «es el trabajo que hacemos todos los veranos y este año parece que se está enmascarando un poco. Parece que no tenemos que dar esos consejos de no bajar a las horas puntuales de más calor en personas mayores y niños, tener cuidado con los pequeños, aplicarse crema solar...».
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