El Sínodo de la Amazonia consagra la sinodalidad, un nuevo modo de gobernar la Iglesia
Esa será la gran herencia de Francisco, según su principal biógrafo
En la recta final del Sínodo de Amazonia , que será clausurado este domingo, la opinión más compartida entre los participantes es que el cuarto sínodo de Francisco -con la amplitud de la consulta previa y la libertad absoluta en los debates-, ha consagrado un cambio en el modo de gobernar la Iglesia que incluye las consultas amplias y la escucha de los laicos.
Según Austen Ivereigh, autor de «El gran reformador» y principal biógrafo de Francisco, que asiste a la asamblea en Roma, «la sinodalidad puede ser su mayor contribución a la Iglesia católica. Era el gran punto todavía sin aplicar del concilio Vaticano II».
La mirada hacia fuera y la escucha de los laicos es una de las «conversiones» que subraya en su nuevo libro «Pastor herido. El Papa Francisco y su batalla para convertir la Iglesia católica» , que será presentado el 5 de noviembre en Nueva York.
Muchos obispos, incluso norteamericanos, han declarado que al regresar a sus países propondrán con fuerza la «sinodalidad» como sistema de trabajo de las respectivas conferencias episcopales. En la actualidad, algunas conferencias europeas ya invitan a laicos -incluidos víctimas de abusos sexuales- a tomar la palabra al principio de las asambleas plenarias.
A lo largo de casi tres semanas en Roma, los 185 padres sinodales -incluidos todos los obispos del territorio de Amazonía, repartido entre nueve países- han escuchado con interés y respeto las intervenciones de las religiosas, las maestras, los pastores evangélicos y los dieciséis indígenas -hasta un total de 83 personas que no son padres sinodales-, para entender los problemas y discernir antes de aprobar, este sábado, las propuestas al Papa Francisco.
La ordenación sacerdotal de indígenas casados para el servicio de sus comunidades figurará con toda seguridad en las propuestas, pero sin proponer ningún cambio en la norma general del celibato sacerdotal ni «presionar» al Papa, pues casi todo el mundo entiende que las reformas deben ir despacio.
Se propondrá también reforzar la pastoral vocacional y los seminarios bilingües para indígenas en sus respectivos idiomas y el oficial del país. Y, naturalmente, la ordenación de diáconos permanentes casados, que son muy pocos en Amazonia comparado con Europa y América del Norte.
Es probable que el documento final, que es solo una lista de sugerencias a Francisco, no llegue a incluir el diaconado femenino, pues el tema sigue siendo objeto de estudio por parte de los expertos nombrados por el Papa y las opiniones en el Sínodo han sido divergentes.
Hay un consenso muy amplio, en cambio, en potenciar la responsabilidad ministerial oficial de las mujeres , que ya ejercen en la práctica buena parte de las tareas de evangelización en la Amazonia, y la responsabilización de los laicos en general. Es una línea que no cae en el clericalismo, pues los ministerios laicos de la Palabra, de la Comunión, etc., son «servicios» o «diaconías», usando la palabra griega.
Hay pleno acuerdo en promover un aumento de la sensibilidad ecológica de los cristianos, no solo en lo que se refiere a la Amazonia sino a la «Casa común» en general, cambiando el estilo de vida y adoptando decisiones éticas como consumidores.
El saqueo de Amazonia por empresas extractivas en buena parte canadienses y norteamericanas beneficia a los consumidores de esos países, muchos de los cuales ignoran que los productos baratos tienen, en realidad, el coste de la contaminación y destrucción de poblaciones indias y la deforestación de casi un cuarto del principal «pulmón del planeta», amenazado ya de un proceso de «sabanización».
La defensa de los derechos de los indígenas y la inculturación de la catequesis y la liturgia en sus modos de expresión nativos en lugar de los europeos figurarán también en el documento final que está redactando un equipo de trece personas liderado por el cardenal brasileño Claudio Hummes.
El Sínodo dedicará el viernes a la introducción de enmiendas y el sábado por la mañana al estudio del texto final, que será votado, párrafo a párrafo, el sábado por la tarde.
Los párrafos que no alcancen dos tercios de los votos no serán considerados oficialmente como propuestas al Papa, pero se harán públicos, igual que el resto del documento, con el número de votos a favor y en contra recibidos por cada párrafo en voto electrónico secreto de los 185 padres sinodales.
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