El amor en tiempos de la adversidad

Sin piernas ni brazos, una bacteria no doblegó a Davide y Cecilia: «El amor no se mide en extremidades»

El camino sanador que tuvo que afrontar este italiano no sería el mismo sin el amor incondicional de la joven murciana, Cecilia Cano, que se convirtió en el bastón cuando la adversidad cruzó por azar sus vidas. Ella, pese a las turbulencias, no dejó de estar a su lado

Cambio de rumbo para acompañar a su pareja en el peor momento

Idilio en Italia entre el joven Davide Morana y la murciana Cecilia Cano ABC
Érika Montañés

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La historia de Cecilia Cano y Davide Morana es de cuento. Chica conoce a chico en Palermo, durante el curso Erasmus de la murciana. Ciudad idílica en Italia y dos veinteañeros guapísimos y saludables. Juventud y amor en plenitud . La joven consiguió ‘traérselo’ a su tierra. Pero la fatalidad atravesó una noche esa fábula de ensueño. Lo que los facultativos despacharon como una gripe («tenía frío, estaba aquejado de fiebre y malestar general») se transformó de madrugada «en unas manchas rojas horribles en la cara y los pies» fruto de una septicemia meningocócica, una semana en coma, multifallo orgánico, 87 días ingresado... Y, mientras, al otro lado, ella. Cecilia describe las primeras horas a ABC : «Sentada en el sofá, miraba el móvil todo el tiempo. Pensaba que cada segundo sin llamada del hospital Virgen de la Arrixaca era un segundo más en que Davide se agarraba a la vida. Me obsesionaba que saliese el Sol y cuando lo hizo, supe que él también saldría adelante».

Ella nunca pensó que él la abandonaría, por su carácter vital, sus infinitas ganas de estar aquí. Al despertar encaró que se iba a quedar sin brazos ni piernas. Una necrosis era la culpable, una partícula microscópica de la que en Italia no vacunaban cuando Davide era niño. En España la inyección contra el meningococo se incluyó a partir del año 2000 en el calendario nacional de vacunaciones. Él nunca pensó que ella se iría: solo los padres de Davide sugirieron a Cecilia que sería mejor que a sus 23 años pensara si quería pasar el resto de su vida con una persona con prótesis o alternativas biónicas, cada una con precios que van de los 100.000 a los 300.000 euros. Ella no se queja, pero el caudal de dinero que se necesita es ingente.

Davide, en Murcia, recuperándose de las secuelas de su enfermedad ABC

El entorno de la joven no le ha planteado la huida ni una sola vez. La conocen: es incombustible. «Pienso en el concepto individualista que tenemos del amor: si no es cómodo, lo dejo. Me 'piro' porque yo soy más importante. Si me da problemas, si no me compensa... Eso es muy frecuente. Esa versión del amor es egoísta, lo degradamos. Si te esfuerzas por los demás, tú ya estás en el centro. El mensaje tendría que ser más obvio: estás con alguien porque lo quieres. No solo cuando todo es bonito. El amor no se mide en extremidades ». Rebate el titular que se le propone a su narración: al otro lado de la discapacidad: «Yo no estoy al otro lado, estoy al lado de Davide, junto a él, no hay un umbral de por medio. Nada se consigue solos, es un trabajo del equipo», tercia.

Emociona leerla en su libro ‘Arriba la vida’ (Editorial Montena) porque aquella romántica novela que comienza con un desayuno feliz un sábado del mes de enero de 2018 trocó en una historia de superación que se antoja casi inédita. Escribió como un canto a la vida, como un reflejo de los pensamientos de una generación y porque siempre fue su descargo para ella «en tiempos de dificultad». «Cuando Davide estaba ingresado, escribía lo que sentía en cada momento, porque lo he hecho siempre, ante un problema he escrito -se desahoga-. Meses después, alguien, una editora lo vio y pensó que eso debía convertirse en un libro. Al escribir, sientes que entiendes mejor lo que te está sucediendo y también te entiendes mejor a ti misma», señala Cecilia, pasado ya año y medio de la comercialización de la obra.

No somos invencibles

Davide siempre comenta a su círculo próximo que «admira» a su bacteria porque el ser humano se cree invencible y una diminuta partícula, una amenaza microscópica, puede arrasar con todo. Cada día es el primero es su leitmotiv. Tras la UCI y durante su recuperación mantuvo siempre el buen humor, la entereza y una fortaleza descomunales. De su ataque de meningitis solo daban un 3% de posibilidades de supervivencia. Los terapeutas y médicos se maravillaban con él.

«Pienso en el concepto individualista que tenemos del amor: si no es cómodo, lo dejo»

Con la misma fuerza arrolladora, ahora cosecha una legión de seguidores en redes sociales con sus hazañas del deporte adaptado y su combate por ser un paralímpico laureado. Cuando se recuperó no pensó en que había perdido las extremidades, sino que había sobrevivido , y por tanto, en que iba a vivir experiencias nuevas. Cuántas batallas quedaban por delante... Ni él ni su pareja se han parado en el discurso de la pena. Desechan los 'qué pobrecito' o 'qué desafortunado'. «Hay que alejar esos pensamientos con rapidez» es la receta, pero coinciden en que el libro no tuvo la ambición de ser una lección para nadie. «Aunque si ayuda a alguien, bienvenido sea», dice su autora.

CEDIDA A ABC

Cecilia es quien dejó esa memoria de vivencias personales escrita. «Si me detengo y pienso, entonces me hundo. En todo momento yo pienso en soluciones, en qué se debe hacer y cómo afrontar todo. Cuando a mi novio le estaban amputando una pierna, yo ya estaba ideando una manera de recabar fondos [ activó una web ] para hacer frente a los gastos. No sé hacerlo de otra manera», reseña en conversación con este medio.

La joven ha cambiado su opinión sobre lo que es la definición del problema. Antes mantenía que la gente magnificaba sus problemas, que la sociedad moderna siempre está diciendo que está envuelta en problemas. Y ella asume que al escucharlo, pensaba que ellos 'no sabían lo que era un problema grave de verdad'. Pero ahora, con la pandemia, los ataques a la salud mental y otras complicaciones, ha redescubierto que si para alguien un problema es aquello que afecta a su vida, entonces sí lo es. Cualquier problema lo es y hay que encontrar la manera de afrontarlo es su síntesis.

Davide y Cecilia, amor irreductible FOTOS CEDIDAS A ABC POR CECILIA CANO

De Davide Cecilia sigue admirando su mirada socarrona y su alegría natural: «La gente lo flipa con él, miran sus piernas, ponen cara de susto y él les guiña un ojo. Se los lleva de calle», dice la joven. «Verlo a él bien y cómo lo ha enfrentado es la mejor lección. Ha tenido momentos muy duros, pero su mente dice ‘a por todas’. Anda con seguridad por la vida . Yo desaparecí durante un par de años, envejeces varios años de golpe, y ahora creo que me deben ese tiempo [bromea]». Sobre el futuro, Cecilia añade: «No hago planes. Hemos perdido la capacidad de disfrutar del momento. La importancia de las cosas pequeñas. No pienso más allá del próximo fin de semana».

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